13 de enero 2019 | 5:00 am
Atrás quedó la búsqueda frenética de un cajero automático para tener efectivo. O cargar con tarjetas de crédito y débito en cada salida. En China, las personas usan aplicaciones como Alipay o WeChat desde sus smartphones para dividir las cuentas en los restaurantes, invertir sus salarios con un solo clic y pagar servicios.
“Alipay, de Ant Financial, y WeChat, de Tencent, son ventanillas únicas que permiten a medio billón de chinos acceder a una increíble variedad de servicios, desde pagos, préstamos, inversiones y puntajes de crédito hasta viajes en taxi, reservas de viajes y redes sociales”, explica el MIT Technology Review. “Han cambiado la forma en que muchas personas viven sus vidas financieras”.
Del otro lado de la moneda, en Estados Unidos, las personas pagan abrumadoramente con plástico y escriben miles de millones de cheques de papel cada año.
En México, Banxico lanza CoDi, el plan para realizar pagos a través de códigos QR que llevaría al país a ser como China.
¿Cómo China logró estar a la delantera?
El MIT Technology Review enlistó las razones por las que Estados Unidos está todavía muy lejos de alcanzar a China en esta carrera hacia la inclusión financiera gracias al fintech.
- China ya estaba preparada para una revolución de pagos porque no existían alternativas
Hace 14 años, solo 7.3% de los chinos usaban internet, mientras 65% de los estadounidenses ya lo hacían.
En 2004, Alipay se lanzó en China como una opción de pago simple. Previamente, el sistema financiero tenía un nivel tecnológico mínimo, los bancos públicos estatales estaban en bancarrota por malos préstamos y los usuarios debían sufrir largas filas en las sucursales bancarias, por lo que la irrupción de una nueva opción y todas sus facilidades fue bien recibida y además no tuvo que enfrentar otros competidores establecidos.
En contraste con Occidente, “donde las empresas financieras tradicionales siempre han brindado opciones decentes para préstamos, pagos e inversiones”, cualquier nueva empresa de fintech se tiene que enfrentar a compañías del tamaño de Visa y Mastercard, subraya el MIT Technology Review.
Muchas de las innovaciones fintech que tanto se promocionaron en China eran en realidad adaptaciones de otras tecnologías que previamente se habían usado exitosamente en otros ámbitos.
Los códigos QR, por ejemplo, se usaban en las cadenas de suministro japonesas desde 1994.
Según la publicación, el sistema chino es “un sueño de los hackers y una pesadilla para la privacidad”.
La facilidad que conlleva el hacer todos los pagos usando una sola app es también un riesgo, pues las cuentas de las plataformas de pago son el objetivo de un gran número de hackers. Un problema similar lo representa Facebook, que mucha gente usa para iniciar sesión en otros sitios.
La información de los usuarios que posee Tencent o Ant Financial es mucho mayor que la que tienen las empresas en EU de sus clientes y podría ser usada en su contra, por ejemplo, haciéndolos pagar más si creen que tienen los recursos para hacerlo.
- La oportunidad de crecer sin regulación
La falta de regulación por muchos años, sumada a la innovación surgida de este hueco en las leyes chinas, hicieron que las fintech pudieran crecer sin reglas en el mercado.
En Estados Unidos, el enfoque fue distinto. Las empresas fintech que iba naciendo tenían que cumplir con un reglamento. Un ejemplo de este obstáculo es PayPal, que tuvo que ir estado por estado para solicitar licencias como transmisor de dinero.
- Los excluidos del sistema
Los servicios de fintech dejan fuera a las personas mayores, a los que no son usuarios habituales de la tecnología o tienen conocimientos limitados y a los extranjeros y turistas.
Mientras el efectivo pierde atractivo como medio de pago, esta característica del sistema en China es algo que otros países deben estar atentos a no emular.
Estas son las razones por las que China va adelante de Occidente en fintech
Pool CEO
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13 de enero 2019 | 5:00 am
Atrás quedó la búsqueda frenética de un cajero automático para tener efectivo. O cargar con tarjetas de crédito y débito en cada salida. En China, las personas usan aplicaciones como Alipay o WeChat desde sus smartphones para dividir las cuentas en los restaurantes, invertir sus salarios con un solo clic y pagar servicios.
“Alipay, de Ant Financial, y WeChat, de Tencent, son ventanillas únicas que permiten a medio billón de chinos acceder a una increíble variedad de servicios, desde pagos, préstamos, inversiones y puntajes de crédito hasta viajes en taxi, reservas de viajes y redes sociales”, explica el MIT Technology Review. “Han cambiado la forma en que muchas personas viven sus vidas financieras”.
Del otro lado de la moneda, en Estados Unidos, las personas pagan abrumadoramente con plástico y escriben miles de millones de cheques de papel cada año.
En México, Banxico lanza CoDi, el plan para realizar pagos a través de códigos QR que llevaría al país a ser como China.
¿Cómo China logró estar a la delantera?
El MIT Technology Review enlistó las razones por las que Estados Unidos está todavía muy lejos de alcanzar a China en esta carrera hacia la inclusión financiera gracias al fintech.
Hace 14 años, solo 7.3% de los chinos usaban internet, mientras 65% de los estadounidenses ya lo hacían.
En 2004, Alipay se lanzó en China como una opción de pago simple. Previamente, el sistema financiero tenía un nivel tecnológico mínimo, los bancos públicos estatales estaban en bancarrota por malos préstamos y los usuarios debían sufrir largas filas en las sucursales bancarias, por lo que la irrupción de una nueva opción y todas sus facilidades fue bien recibida y además no tuvo que enfrentar otros competidores establecidos.
En contraste con Occidente, “donde las empresas financieras tradicionales siempre han brindado opciones decentes para préstamos, pagos e inversiones”, cualquier nueva empresa de fintech se tiene que enfrentar a compañías del tamaño de Visa y Mastercard, subraya el MIT Technology Review.
Muchas de las innovaciones fintech que tanto se promocionaron en China eran en realidad adaptaciones de otras tecnologías que previamente se habían usado exitosamente en otros ámbitos.
Los códigos QR, por ejemplo, se usaban en las cadenas de suministro japonesas desde 1994.
Según la publicación, el sistema chino es “un sueño de los hackers y una pesadilla para la privacidad”.
La facilidad que conlleva el hacer todos los pagos usando una sola app es también un riesgo, pues las cuentas de las plataformas de pago son el objetivo de un gran número de hackers. Un problema similar lo representa Facebook, que mucha gente usa para iniciar sesión en otros sitios.
La información de los usuarios que posee Tencent o Ant Financial es mucho mayor que la que tienen las empresas en EU de sus clientes y podría ser usada en su contra, por ejemplo, haciéndolos pagar más si creen que tienen los recursos para hacerlo.
La falta de regulación por muchos años, sumada a la innovación surgida de este hueco en las leyes chinas, hicieron que las fintech pudieran crecer sin reglas en el mercado.
En Estados Unidos, el enfoque fue distinto. Las empresas fintech que iba naciendo tenían que cumplir con un reglamento. Un ejemplo de este obstáculo es PayPal, que tuvo que ir estado por estado para solicitar licencias como transmisor de dinero.
Los servicios de fintech dejan fuera a las personas mayores, a los que no son usuarios habituales de la tecnología o tienen conocimientos limitados y a los extranjeros y turistas.
Mientras el efectivo pierde atractivo como medio de pago, esta característica del sistema en China es algo que otros países deben estar atentos a no emular.
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