19 de febrero 2019 | 5:53 pm

En medio de la crisis financiera y de producción que vive Pemex, uno de los contribuyentes más importantes del país, en los mercados internacionales, la petrolera debe pagar altos rendimientos para que los inversionistas adquieran su deuda.

Los bonos de la Empresa Productiva del Estado ofrecen un mayor premio a los inversionistas frente a otras petroleras con una menor calificación crediticia como la rusa Rosneft o la brasileña Petrobras. Aunque la argentina YFP es la que ofrece los mayores rendimientos en América Latina.  

 

Pemex tiene una calificación crediticia de ‘BBB-’ por con perspectiva “negativa” por parte de Fitch.

En los mercados internacionales, los bonos de la petrolera más negociados -con vencimiento en 2027- pagaban un rendimiento de 6.93% en la jornada del miércoles, un diferencial de 107 puntos base en comparación con el bono de Petrobras que vence el mismo año, aunque esta no tiene grado de inversión.

La calificación asignada por Fitch es la misma para la colombiana Ecopetrol. Detrás viene Petrobras; la brasileña tiene una nota crediticia de ‘BB-’ con perspectiva “estable”. Al final de la lista está la argentina YPF con “B”, mientras que la rusa Rosneft no tiene calificación.

YFP está marcada por la debilidad en la economía de Argentina que ha vivido en una crisis constante. Tan solo la deuda pública representa cerca del 100% del Producto Interno Bruto (PIB) argentino.

El alza en el rendimiento de los bonos de Pemex por arriba de otras petroleras inició el 26 de octubre, cuando presentó su reporte financiero del tercer trimestre y se ha mantenido tras el recorte en su calificación crediticia, y pese a que el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó un plan de ayuda financiera, que incluye 71,000 millones de pesos y 32,000 millones extra de ahorros que esperan por el combate al huachicoleo.

El gobierno federal, a través de la Secretaría de Hacienda, hará lo que sea para mantener las finanzas de Pemex sanas

 dijo Carlos Urzúa, secretario de Hacienda.

“Incluso cuando el anuncio da un alivio a Pemex sin comprometer las finanzas públicas en 2019, la debilidad estructural continúa. El Gobierno podría buscar este tipo de medidas en los próximos años antes de implementar una reforma fiscal en la que exista un aumento de la carga fiscal de Pemex y se compense con los ingresos fiscales”, dice BBVA en un reporte.

Agrega que, si el gobierno está dispuesto a hacerlo tendría éxito, el problema, sin embargo, es que el espacio para tales capitalizaciones graduales es cada vez mas apretado ya que los vencimientos de deuda Pemex para 2020 son más altos, al igual que para el gobierno.

Para 2020 Pemex enfrenta una amortización de deuda de 9,600 millones de dólares, 9,300 millones para 2021 y 8,700 millones para 2022.

Por lo que, sin un resultado positivo claro de un sistema de recaudación de impuestos más eficiente, el gobierno podría quedarse sin tiempo antes de la fecha límite de tres años para una reforma fiscal. 

Los compromisos de Pemex están respaldados por el gobierno federal como sucede con Ecopetrol o Rosneft. En caso distinto se ubican Petrobras e YPF, que tienen una participación pública de 50.3 y 51.0%, respectivamente, y el resto se mantiene en propiedad de la iniciativa privada.

Si Pemex llegara a declararse en quiebra cuenta el respaldo del gobierno mexicano, que tendría que pagar con dinero público la deuda a inversionistas, por eso mantiene su grado de inversión a diferencia de otras petroleras

dijo Amín Vela, director de análisis financiero de Black Wallstreet Capital México (BWC).

Mientras tanto, Pemex se encumbra como la petrolera más endeudada. Tan solo al cierre del tercer trimestre de 2018 la deuda financiera de la mexicana sumó 106,000 millones de dólares. Mientras que la deuda de Petrobras sumó 87,729 millones de dólares, seguida por Rosneft con 62,837 millones, Ecopetrol con 13,447 millones e YPF con 9,119 millones de dólares, de acuerdo con datos de Bloomberg.

Aun con la ayuda que el gobierno financiero otorgará a Pemex el futuro de la petrolera se avizora complicado. Por lo pronto, los bonos mantendrán su atractivo en el mercado, pero deberán enfrentar los riesgos que ante la incertidumbre sobre el complemento del plan de rescate de la petrolera.

Los mercados siempre se anticipan, el problema es que entre más tiempo pase sin nuevas medidas de ayuda a Pemex, los efectos negativos como un ajuste a la baja en la calificación pudieran agravarse en los próximos meses

dijo Gustavo Martínez, presidente de la comunidad de inversión Snowball.

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