5 de marzo 2019 | 3:18 pm
China busca apuntalar su desaceleración económica a través de miles de millones de dólares en recortes impositivos planeados y gastos de infraestructura tras el crecimiento económico más débil en casi 30 años, originado principalmente por una menor demanda interna y una guerra comercial con Estados Unidos.
El gobierno del país asiático redujo su expectativa de crecimiento para 2019 para colocar su estimación entre 6% y 6.5%, una décima menos que en 2018, cuando China creció 6.6%
Durante la reunión anual del Parlamento chino, el primer ministro Li Keqiang advirtió sobre los desafíos a los que se enfrentaba la segunda economía más grande del mundo y anunció los compromisos que buscarán mantener en una posición segura al país mediante una serie de medidas de estímulo.
“El ambiente que enfrenta el desarrollo de China este año es más complicado y más severo”, indicó. “Habrá más riesgos y desafíos que son predecibles o impredecibles y debemos estar completamente preparados para una dura batalla”.
Li explicó que la política fiscal de China se volverá “más enérgica”, con recortes planificados de casi 2 billones de yuanes (alrededor de 298,300 millones de dólares) en impuestos y tarifas para las empresas.
Esos recortes de impuestos son más agresivos que los 1,300 billones de yuanes entregados en 2018 e incluyen reducciones destinadas a apoyar los sectores de fabricación, transporte y construcción.
El PIB de China el año pasado se expandió a su ritmo más lento desde 1990 debido a la guerra comercial y la represión de los riesgos financieros en Pekín, lo que elevó los costos de los préstamos corporativos y perjudicó la inversión.
Los analistas señalan que la decisión de adoptar un rango objetivo de PIB por parte de China, en lugar de una sola cifra de crecimiento, le da a los legisladores espacio para maniobrar. Pero el aumento en el estímulo fiscal planificado marca un reconocimiento explícito de que las autoridades siguen preocupadas por el crecimiento.
Un apoyo al sector manufacturero
Una campaña a largo plazo para frenar las industrias contaminantes y de bajo valor también frenó el vasto sector manufacturero de China.
Para respaldar el crecimiento, Li dijo que China vigilaría de cerca el empleo en las empresas exportadoras muy expuestas al mercado estadounidense y que recortaría el impuesto al valor agregado (IVA) para el sector manufacturero tres puntos porcentuales. El IVA para los sectores de transporte y construcción se reducirá a 9% desde el 10%.
China apunta a crear más de 11 millones de empleos urbanos nuevos este año y mantener la tasa de desempleo urbano en 4.5%, en línea con sus objetivos para 2018. Al mismo tiempo, reducirá las tarifas de seguridad social pagadas por las empresas.
Más cortes de impuestos, apoyo a las pymes
En un esfuerzo por aumentar la inversión en infraestructura, el Ministerio de Finanzas de China aumentó la cuota de emisión de bonos para los gobiernos locales a 2,150 billones de yuanes (unos 320,800 millones de dólares) frente a los 1,350 billones de yuanes del año pasado.
La menor recaudación fiscal y el mayor gasto del gobierno elevan la meta de déficit presupuestario de China para este año hasta 2.8% del PIB desde 2.6% del año pasado.
El gobierno también ha establecido un objetivo de inflación para el consumidor de 3% pese a un reciente ablandamiento en los aumentos de precios de menos del 2%, lo que le da a Pekín algo de espacio para estimular el consumo.
A lo largo del año pasado, el banco central de China redujo cinco veces los requisitos de reserva para prestamistas comerciales para estimular préstamos a empresas pequeñas y privadas, vitales para el crecimiento y el empleo.
Li comentó este martes que la política monetaria sería “ni demasiado ajustada ni demasiado floja” y que el gobierno no recurrirá a una inundación de liquidez. Los objetivos de crecimiento para la oferta monetaria, que incluye el efectivo en circulación y los depósitos y el financiamiento social total de este año estarían en línea con el crecimiento del PIB nominal.
Para respaldar a las empresas privadas y pequeñas, Li indicó que Pekín incrementará los recortes específicos en la proporción de requisitos de reserva para bancos pequeños y medianos, con el objetivo de aumentar los préstamos a pequeñas empresas de grandes bancos en más de 30%.
El gobierno también debe continuar las reformas para entregar más poder a las fuerzas del mercado, dijo Li, incluidos los pasos para reducir la burocracia para que las empresas puedan “pasar más tiempo haciendo negocios y menos tiempo buscando las aprobaciones”.
Riesgos comerciales
Al abordar uno de los mayores desafíos que enfrenta la economía china, el informe de trabajo del gobierno al parlamento destacó que continuará promoviendo las negociaciones comerciales chino-estadounidenses y se comprometió a salvaguardar la globalización económica y el libre comercio.
El informe de trabajo de Li también refirió que el país mejorará aún más el acceso al mercado para la inversión extranjera y creará un entorno en el que las empresas chinas y extranjeras sean “tratadas como iguales y participen en una competencia justa”.
China aplicará estas medidas para hacer frente a la desaceleración de su economía
Reuters
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5 de marzo 2019 | 3:18 pm
China busca apuntalar su desaceleración económica a través de miles de millones de dólares en recortes impositivos planeados y gastos de infraestructura tras el crecimiento económico más débil en casi 30 años, originado principalmente por una menor demanda interna y una guerra comercial con Estados Unidos.
El gobierno del país asiático redujo su expectativa de crecimiento para 2019 para colocar su estimación entre 6% y 6.5%, una décima menos que en 2018, cuando China creció 6.6%
Durante la reunión anual del Parlamento chino, el primer ministro Li Keqiang advirtió sobre los desafíos a los que se enfrentaba la segunda economía más grande del mundo y anunció los compromisos que buscarán mantener en una posición segura al país mediante una serie de medidas de estímulo.
“El ambiente que enfrenta el desarrollo de China este año es más complicado y más severo”, indicó. “Habrá más riesgos y desafíos que son predecibles o impredecibles y debemos estar completamente preparados para una dura batalla”.
Li explicó que la política fiscal de China se volverá “más enérgica”, con recortes planificados de casi 2 billones de yuanes (alrededor de 298,300 millones de dólares) en impuestos y tarifas para las empresas.
Esos recortes de impuestos son más agresivos que los 1,300 billones de yuanes entregados en 2018 e incluyen reducciones destinadas a apoyar los sectores de fabricación, transporte y construcción.
El PIB de China el año pasado se expandió a su ritmo más lento desde 1990 debido a la guerra comercial y la represión de los riesgos financieros en Pekín, lo que elevó los costos de los préstamos corporativos y perjudicó la inversión.
Los analistas señalan que la decisión de adoptar un rango objetivo de PIB por parte de China, en lugar de una sola cifra de crecimiento, le da a los legisladores espacio para maniobrar. Pero el aumento en el estímulo fiscal planificado marca un reconocimiento explícito de que las autoridades siguen preocupadas por el crecimiento.
Un apoyo al sector manufacturero
Una campaña a largo plazo para frenar las industrias contaminantes y de bajo valor también frenó el vasto sector manufacturero de China.
Para respaldar el crecimiento, Li dijo que China vigilaría de cerca el empleo en las empresas exportadoras muy expuestas al mercado estadounidense y que recortaría el impuesto al valor agregado (IVA) para el sector manufacturero tres puntos porcentuales. El IVA para los sectores de transporte y construcción se reducirá a 9% desde el 10%.
China apunta a crear más de 11 millones de empleos urbanos nuevos este año y mantener la tasa de desempleo urbano en 4.5%, en línea con sus objetivos para 2018. Al mismo tiempo, reducirá las tarifas de seguridad social pagadas por las empresas.
Más cortes de impuestos, apoyo a las pymes
En un esfuerzo por aumentar la inversión en infraestructura, el Ministerio de Finanzas de China aumentó la cuota de emisión de bonos para los gobiernos locales a 2,150 billones de yuanes (unos 320,800 millones de dólares) frente a los 1,350 billones de yuanes del año pasado.
La menor recaudación fiscal y el mayor gasto del gobierno elevan la meta de déficit presupuestario de China para este año hasta 2.8% del PIB desde 2.6% del año pasado.
El gobierno también ha establecido un objetivo de inflación para el consumidor de 3% pese a un reciente ablandamiento en los aumentos de precios de menos del 2%, lo que le da a Pekín algo de espacio para estimular el consumo.
A lo largo del año pasado, el banco central de China redujo cinco veces los requisitos de reserva para prestamistas comerciales para estimular préstamos a empresas pequeñas y privadas, vitales para el crecimiento y el empleo.
Li comentó este martes que la política monetaria sería “ni demasiado ajustada ni demasiado floja” y que el gobierno no recurrirá a una inundación de liquidez. Los objetivos de crecimiento para la oferta monetaria, que incluye el efectivo en circulación y los depósitos y el financiamiento social total de este año estarían en línea con el crecimiento del PIB nominal.
Para respaldar a las empresas privadas y pequeñas, Li indicó que Pekín incrementará los recortes específicos en la proporción de requisitos de reserva para bancos pequeños y medianos, con el objetivo de aumentar los préstamos a pequeñas empresas de grandes bancos en más de 30%.
El gobierno también debe continuar las reformas para entregar más poder a las fuerzas del mercado, dijo Li, incluidos los pasos para reducir la burocracia para que las empresas puedan “pasar más tiempo haciendo negocios y menos tiempo buscando las aprobaciones”.
Riesgos comerciales
Al abordar uno de los mayores desafíos que enfrenta la economía china, el informe de trabajo del gobierno al parlamento destacó que continuará promoviendo las negociaciones comerciales chino-estadounidenses y se comprometió a salvaguardar la globalización económica y el libre comercio.
El informe de trabajo de Li también refirió que el país mejorará aún más el acceso al mercado para la inversión extranjera y creará un entorno en el que las empresas chinas y extranjeras sean “tratadas como iguales y participen en una competencia justa”.
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Reuters
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