Brexit

26 de marzo 2019 | 8:41 am

Los legisladores británicos le quitaron al Gobierno el control de la agenda parlamentaria por un día en un intento muy inusual de encontrar una forma de salir del impasse del Brexit, después de que el acuerdo de divorcio de la Unión Europea con la primera ministra Theresa May fuera rechazado nuevamente.

Tres secretarios del gobierno de May renunciaron a sus puestos para apoyar la medida del Parlamento: el de Relaciones Exteriores, Alistair Burt; el de Salud, Steve Brine, y el de Negocios, Richard Harrington.

El gobierno británico “juega a la ruleta con las vidas de la mayoría de las personas de este país”, dijo Harrington en su carta de renuncia, informó The Guardian.

Ahora el Parlamento votará el miércoles sobre una serie de opciones para el Brexit, dándole la posibilidad de indicar si puede llegar a un pacto con lazos más estrechos con Bruselas y luego intentar llevar al Gobierno en esa dirección.

Así, casi tres años después del referéndum de 2016, vuelven sobre la mesa las diferentes opciones sobre la salida de la Unión Europea:

¿Agregar una unión aduanera al acuerdo de May?

Una opción podría consistir en conservar gran parte del acuerdo negociado por la primera ministra Theresa May, pero manteniendo al país dentro de la unión aduanera europea.

Esto evitaría los aranceles y las restricciones al comercio e impediría cualquier barrera administrativa entre la provincia británica de Irlanda del Norte y el resto de Reino Unido al tiempo que se mantiene abierta la frontera terrestre con la República de Irlanda.

Es la opción que prefiere la principal formación de oposición, el Partido Laborista, pero choca con la promesa del Partido Conservador de sacar al país de la unión aduanera y del mercado único europeo.

Una unión aduanera con la UE impediría al Reino Unido mantener una política comercial autónoma con terceros países y firmar sus propios acuerdos de libre comercio, como desean los partidarios del Brexit.

¿Como Noruega, pero más?

Reino Unido podría abandonar la UE pero permanecer dentro del Espacio Económico Europeo, una situación como la que tiene Noruega, que disfruta de una relación comercial muy estrecha con el bloque, pero sin pertenecer a la unión aduanera.

Noruega tiene, sin embargo, un acceso al mercado único europeo, lo que le obliga a respetar la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas sin tener voz ni voto en la toma de decisiones. Los productos de la agricultura y la pesca no están incluidos en este acuerdo.

El gobierno de May rechaza este modelo porque no permite controlar la inmigración procedente de la UE, un argumento clave de la campaña pro-Brexit.

Algunos diputados reclaman un acuerdo que denominan ‘Noruega Plus’, ya que implicaría el establecimiento de una unión aduanera específica, además de la permanencia en el mercado único.

¿Abandonar la UE sin ningún acuerdo?

Esta posibilidad, muy temida por los medios empresariales, fue rechazada por los diputados en una votación el 13 de marzo y May pareció descartarla ayer, afirmando que no la llevaría adelante sin el acuerdo del Parlamento.

Sin embargo, sigue siendo la “opción por defecto” si el país llega a la fecha límite del 12 de abril sin haber aprobado un acuerdo o presentado una opción alternativa que probablemente implicaría un largo aplazamiento del Brexit.

De la noche a la mañana, Reino Unido pondría fin a 46 años de pertenencia a la UE, abandonando todas sus legislaciones y acuerdos sin periodo de transición. Los intercambios comerciales entre ambos pasarían a regirse por las muy básicas reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

¿Organizar un segundo referéndum?

Muchos diputados proeuropeos defienden la convocatoria de una segunda consulta como la forma más viable de evitar el Brexit. Afirman que en 2016 los británicos votaron sobre falsas promesas y que la negociación con Bruselas ha mostrado las verdaderas consecuencias de abandonar la UE.

Los detractores de esta opción defienden que volver a votar pondría en entredicho la legitimidad democrática y socavaría la confianza en las instituciones de quienes optaron por el Brexit.

Tampoco está clara cuál debería ser la pregunta, si debería incluir las condiciones negociadas por May o la posibilidad de un Brexit sin acuerdo.

Para evitar que esta posibilidad sea descartada de entrada, como ocurrió en una reciente votación parlamentaria, sus defensores intentan diferenciarla de las demás, argumentando que debe reservarse para el final: así cualquier alternativa decidida por el Parlamento debería someterse a la población, dándole la posibilidad de optar por permanecer en la UE.

¿Se puede anular simple y llanamente el Brexit?

La opción más radical consistiría en anular todo el proceso, revocando el Artículo 50 del Tratado europeo por el que Reino Unido activó hace dos años su salida del bloque.

La justicia europea dictó que, hasta que no se haga efectiva su retirada, Londres puede -si lo desea- parar el Brexit de forma unilateral. Una petición lanzada la semana pasada en este sentido sumaba hoy 5.7 millones de firmas.

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