8 de abril 2019 | 5:00 am
La industria automotriz no sale de un bache cuando ya entró a otro. La Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) pronostica que se comercialicen 1 millón 358,000 vehículos nuevos este año, 5% menos que lo vendido en 2018. De este modo, sería el tercer año seguido con una caída en las ventas de automotores.
La desaceleración en la actividad económica registrada desde diciembre de 2018, la incertidumbre de los inversionistas respecto a las perspectivas económicas, la caída en el monto de los créditos automotrices otorgados por los bancos y las constantes amenazas por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, configuran un panorama sombrío para la industria.
Vemos un entorno complicado para el sector durante este año y responde a una serie de factores que se juntaron, tanto internos como externos, que nos hacen sospechar que este año continuará la caída en el número de automotores vendidos en México
dijo Guillermo Rosales Zárate, director adjunto de la AMDA.
El 2016 fue el último año en que se registró un incremento en la comercialización de automóviles, cuando alcanzó 1 millón 603,672 unidades; un año después tuvo una caída de 5%, y en 2018 decreció 7%, según datos de la AMDA.
Para Gerardo Gómez, director senior y country manager de J.D. Power de México, uno de los principales retos para la industria se encuentra en el panorama de incertidumbre en el país.
“El mercado de vehículos nuevos se encuentra por debajo de 2018. Muchos mexicanos están evitando incurrir en gastos debido a que el futuro se ve incierto”, comentó.
El Indicador de Confianza del Consumidor elaborado en conjunto por el Inegi y Banco de México (Banxico) registró niveles de máximos históricos desde a mediados del año pasado, cuando tuvieron lugar las elecciones presidenciales, al ubicarse por arriba de los 45 puntos.
Sin embargo, estos niveles no se ven reflejados en mayores ventas por parte de las diferentes industrias, incluida la automotriz.
Por otro lado, la disminución en el monto de los créditos bancarios para la compra de un automóvil también va a la baja, donde cerca de 7 de cada 10 vehículos vendidos en México utiliza este tipo de financiamiento.
“La desaceleración de la economía y el incremento en las tasas de interés ha disminuido las posibilidades de que las familias puedan tener un nuevo crédito para comprar un automóvil. Ahora, las instituciones bancarias ponen una mayor atención a quienes prestan el dinero”, dijo Rosales.
Según datos de la asociación, a diciembre de 2018 se registraron 970,490 colocaciones de créditos con el propósito de comprar un auto, esto representó una disminución de 6.6% respecto de un año previo, lo que equivale a 68,772 unidades menos.
Rosales añadió que las constantes amenazas por parte del presidente Trump de cerrar la frontera también tienen un impacto negativo, pero “se han acostumbrado a sus ataques y a que estos no terminen por concretarse”.
La semana pasada, el presidente de Estados Unidos dio un plazo de un año para que México tomara acción para controlar el flujo de inmigrantes, así como el de drogas hacia el país del norte.
El cierre de la frontera tendría un impacto negativo para ambos países que dependen del comercio.
Industria automotriz prolonga bache en 2019
Ángel Alcántara
angel.alcantara@elceo.com
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8 de abril 2019 | 5:00 am
La industria automotriz no sale de un bache cuando ya entró a otro. La Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) pronostica que se comercialicen 1 millón 358,000 vehículos nuevos este año, 5% menos que lo vendido en 2018. De este modo, sería el tercer año seguido con una caída en las ventas de automotores.
La desaceleración en la actividad económica registrada desde diciembre de 2018, la incertidumbre de los inversionistas respecto a las perspectivas económicas, la caída en el monto de los créditos automotrices otorgados por los bancos y las constantes amenazas por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, configuran un panorama sombrío para la industria.
dijo Guillermo Rosales Zárate, director adjunto de la AMDA.
El 2016 fue el último año en que se registró un incremento en la comercialización de automóviles, cuando alcanzó 1 millón 603,672 unidades; un año después tuvo una caída de 5%, y en 2018 decreció 7%, según datos de la AMDA.
Para Gerardo Gómez, director senior y country manager de J.D. Power de México, uno de los principales retos para la industria se encuentra en el panorama de incertidumbre en el país.
“El mercado de vehículos nuevos se encuentra por debajo de 2018. Muchos mexicanos están evitando incurrir en gastos debido a que el futuro se ve incierto”, comentó.
El Indicador de Confianza del Consumidor elaborado en conjunto por el Inegi y Banco de México (Banxico) registró niveles de máximos históricos desde a mediados del año pasado, cuando tuvieron lugar las elecciones presidenciales, al ubicarse por arriba de los 45 puntos.
Sin embargo, estos niveles no se ven reflejados en mayores ventas por parte de las diferentes industrias, incluida la automotriz.
Por otro lado, la disminución en el monto de los créditos bancarios para la compra de un automóvil también va a la baja, donde cerca de 7 de cada 10 vehículos vendidos en México utiliza este tipo de financiamiento.
“La desaceleración de la economía y el incremento en las tasas de interés ha disminuido las posibilidades de que las familias puedan tener un nuevo crédito para comprar un automóvil. Ahora, las instituciones bancarias ponen una mayor atención a quienes prestan el dinero”, dijo Rosales.
Según datos de la asociación, a diciembre de 2018 se registraron 970,490 colocaciones de créditos con el propósito de comprar un auto, esto representó una disminución de 6.6% respecto de un año previo, lo que equivale a 68,772 unidades menos.
Rosales añadió que las constantes amenazas por parte del presidente Trump de cerrar la frontera también tienen un impacto negativo, pero “se han acostumbrado a sus ataques y a que estos no terminen por concretarse”.
La semana pasada, el presidente de Estados Unidos dio un plazo de un año para que México tomara acción para controlar el flujo de inmigrantes, así como el de drogas hacia el país del norte.
El cierre de la frontera tendría un impacto negativo para ambos países que dependen del comercio.
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Ángel Alcántara
angel.alcantara@elceo.com
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