3 de junio 2019 | 6:01 pm

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, inició este lunes su controvertida visita al Reino Unido, marcada por insultos al alcalde de Londres y sus comentarios sobre el Brexit.

En un discurso en el solemne banquete en el palacio de Buckingham, Trump elogió el reinado de Isabel II, a quien calificó como “una mujer formidable”, y mencionó “la amistad eterna” entre los  dos pueblos.

La reina mencionó “los valores comunes y los intereses compartidos” entre ambos países y recordó que hizo su primera visita de Estado a Estados Unidos por invitación del general Eisenhower, el presidente número 34 de ese país.

Más temprano este lunes, Trump y su esposa Melania fueron acogidos en el Palacio de Buckingham con toda la pompa que corresponde a una visita de Estado por la reina, de 93 años.

La visita había comenzado por la mañana con una controversia. Antes de aterrizar, Trump mandó un incendiario tuit contra el laborista Sadiq Khan, primer alcalde musulmán de Londres quien el domingo comparó el lenguaje del presidente estadounidense con el de “los fascistas del siglo XX”. El republicano criticó que el Reino Unido le “desplegase la alfombra roja”.

Es un fracasado total que debería centrarse en el crimen en Londres, no en mí

afirmó Trump.

Un insulto “infantil” e “impropio del presidente de Estados Unidos”, respondió un portavoz del ayuntamiento.

Esta es la primera visita de Estado de Trump a Reino Unido, tras un intento frustrado en julio pasado que acabó transformándose en una simple visita de trabajo debido a las masivas protestas de los londinenses.

También en esta ocasión se han convocado grandes manifestaciones contra la presencia del mandatario, en particular para el martes, día en el que coincide su encuentro con la saliente primera ministra Theresa May.

Los organizadores de las protestas, que esperan repetir la convocatoria del año pasado, harán volar de nuevo un enorme globo representando a un “bebé Trump” naranja.

Desde este lunes, simpatizantes  de Amnistía Internacional desplegaron sobre un puente frente a la embajada estadounidense cuatro grandes pancartas que llamaban a resistir a “Trump”, al “racismo”, al “sexismo” y al “odio”.

En entrevistas con la prensa británica antes de llegar, Trump recomendó a quien resulte sucesor de May que abandone la Unión Europea bruscamente sin un acuerdo, y designó al exministro de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, como su favorito para dirigir el país.

El presidente estadounidense alabó al extremista Nigel Farage, con quien dijo tener “muy buenas relaciones”.

Es una “injerencia inaceptable en nuestra democracia”, fustigó el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, quien junto a otros opositores boicoteó el banquete oficial, al igual que el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow.

Esencial para Reino Unido tras el Brexit, la relación comercial con Estados Unidos debe ocupar gran parte de las conversaciones de Trump durante los tres días.

“Tenemos el potencial de ser un socio comercial increíble para Reino Unido”, afirmó aún en Washington, asegurando estar dispuesto a negociar rápidamente un acuerdo de libre comercio.

Trump “es muy controvertido, es perturbador; pero también es el presidente de nuestro aliado más importante”, señaló el ministro británico de Relaciones Exteriores, Jeremy Hunt, mientras May presagiaba larga vida a una “relación especial” que “ha apuntalado la seguridad y prosperidad de nuestros países durante muchos años”.

Un gran acuerdo de libre comercio es posible una vez que el Reino Unido se haya liberado de sus cadenas,

tuiteó Trump al final de su primera jornada en Londres.

La relación bilateral puede verse tensada por temas como el acuerdo nuclear con Irán, la lucha contra el cambio climático o la guerra comercial entre China y Estados Unidos, que intenta convencer a Londres de que excluya al grupo tecnológico chino Huawei del desarrollo de su red 5G.

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