san gregorio

19 de septiembre 2019 | 5:00 am

A dos años del sismo magnitud 7.1 en escala Richter que destruyó gran parte del pueblo San Gregorio Atlapulco, en la alcaldía Xochimilco, los vecinos de la zona siguen en una lucha constante para poder reconstruir su patrimonio.

Esta localidad del sur de la Ciudad de México fue una de las más afectadas por el sismo del 19 de septiembre de 2017 (19-S). Sin embargo, fue la poca transparencia de las organizaciones que trabajaron en la zona y el poco acompañamiento del gobierno local el que mantiene a los vecinos en una lucha constante por su pueblo, su tierra y su identidad.

Se ha perdido mucho del tejido social del pueblo. Antes todos nos conocíamos, pero ahora hay hasta pleitos entre las familias porque muchas fueron desplazadas

Marisol González, vecina de San Gregorio Atlapulco.

Casas faltantes y poca transparencia

El problema por la reconstrucción de San Gregorio empezó días después del sismo, luego de que se atendieran los problemas más importantes de los vecinos en ese momento: la falta de agua y de comida.

Con el colapso de las viviendas, y al estar en una zona de difícil acceso en la alcaldía Xochimilco, los vecinos padecieron fugas de gas, falta de agua y luz, recuerda González. Ante la emergencia, se colocaron centros de acopio dirigidos por voluntarios, que poco después integraron la asociación civil 19 de septiembre.

El grupo se encargó originalmente de atraer recursos de la Ciudad de México para la reconstrucción y pidió documentación a los vecinos, que en muchos casos se extravió.

“Mucha gente entregó documentos a la asociación para que ellos entregaran los papeles para que se distribuyeran los recursos para la reconstrucción. Se hizo un perdedero de papeles, la gente al frente de la organización fue muy déspota y se empezaron a entregar apoyos a los representantes, pero no a la mayoría de los damnificados”, dice González.

El censo realizado por la asociación presidida por María del Carmen Saldaña registró 158 viviendas colapsadas por el sismo.

La reconstrucción de 128 viviendas corrió a cargo de la Fundación Slim, del empresario Carlos Slim Helú, que utilizó modelos de casas prefabricadas de 90 metros cuadrados. La organización entregó los hogares con electrodomésticos como refrigerador, lavadora y horno de microondas.

El modelo para reconstrucción total en la Ciudad de México contemplaba 400 viviendas: 200 hechas por la Fundación Slim y 200 por el gobierno capitalino, informó en su momento el jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera.

“Con las casas que construyó Slim pareciera que ya se arregló todo porque están en el centro del pueblo, pero no es así. Hay mucha gente que está todavía afectada y no sabe dónde acudir para que se las apoye en el proceso de la reconstrucción”, comenta González, quien ha seguido el proceso de sus vecinos a lo largo del tiempo.

Escuelas y el mercado, reconstrucciones pendientes

Además de la reconstrucción de las viviendas, que siguen siendo una prioridad en el pueblo San Gregorio Atlapulco, la falta de claridad en el destino de los recursos públicos para infraestructura es una preocupación entre los habitantes.

Hasta el momento, el mercado de San Gregorio se encuentra en la vía pública, mientras que una escuela secundaria y otras primarias no han vuelto a construirse.

Si pasara otra vez una tragedia, que esperemos que no, no tenemos a dónde correr. El mercado ocupa la única plaza pública segura del pueblo

Marisol González.

Los vecinos que quedan en el pueblo siguen exigiendo transparencia. Sin embargo, diferencias con la alcaldía Xochimilco sobre quiénes serán los coordinadores, entorpecen el proyecto.

“El alcalde (José Carlos Acosta) no quiere que tengamos la representatividad para exigirle que entren los recursos que tienen que entrar a San Gregorio”, acusa González.

La alcaldía Xochimilco no estuvo disponible para hacer comentarios al cierre de esta edición.

Por esta situación, el Consejo de pueblos de Xochimilco promovieron un amparo para nombrar a nuevos representantes, de acuerdo con documentos en posesión del EL CEO.

El proceso sigue en marcha. La reconstrucción, detenida.

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