24 de octubre 2019 | 5:00 am
El Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), propuesto por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador para atender a los más de 20 millones de mexicanos que no cuentan con cobertura en caso de enfermedad ya está en marcha.
La tarde del miércoles, el pleno del a Cámara de Diputados aprobó la creación de este nuevo organismo, que asumirá la prestación gratuita de salud y medicamentos a los mexicanos que no están afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) o al Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM).
El Insabi sustituirá al Seguro Popular creado en el gobierno de Vicente Fox para atender a las personas que no tienen acceso a servicios de salud pública.
Hasta 2015, el Seguro Popular era la institución que concentraba a 49.9% de los derechohabientes mexicanos, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En 2016, prácticamente el 80% de las personas en el decil más pobre de la población (decil I) en el país se había afiliado a este sistema, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del INEGI, lo que ayudó a reducir la carencia reportada en estos servicios.
De 2008 a 2016, la falta de servicios de salud entre los mexicanos pasaron de 38.4% a 15.5%, de acuerdo con información del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Pero esta cifra solo toma en cuenta la afiliación a una institución de salud, pues este es considerado como un factor que determina el nivel de acceso que tiene una persona a servicios médicos, aunque no determina la calidad ni la oportunidad de los mismos.
Pese a los avances registrados en materia de derechohabiencia, la afiliación a un sistema, institución o programa no garantiza, de modo necesario, que el acceso a los servicios se lleve a cabo con oportunidad y calidad
escribe Coneval en el Estudio diagnóstico del derecho a la salud 2018.
Un nuevo esquema
El gobierno de López Obrador busca federalizar los Sistemas Estatales de Salud con el objetivo de brindar un mejor servicio y reducir las desigualdades en acceso a servicios médicos de la población más vulnerable.
Esto supone un cambio entre los modelos del Insabi y el Seguro Popular, concebido en 2003.
La implementación de este seguro recayó en los gobiernos estatales, a través de los Regímenes Estatales de Protección Social en Salud (REPSS), que se encargaron de gestionar y administrar las finanzas y los servicios médicos.
Por lo anterior, cada entidad federativa pudo ejercer su función con distinto grado de limitaciones, dependiendo si formaban parte de los servicios estatales de salud o si eran considerados unidades administrativas (con un menor grado de autonomía).
Estos obstáculos en la implementación ocasionaron que muchas localidades del país no tuvieran centros o personal de salud cercano.
En 2018, el 30.9% de las localidades del país -hogar de 3.1 millones de personas- se encontraban en condiciones de aislamiento y, por lo tanto, sin acceso a servicios de salud, de acuerdo con Coneval.
En esos lugares, el menor tiempo de traslado a un consultorio- por lo general adyacentes a farmacias- fue de 22 minutos, mientras que llegar a un hospital requirió casi de una hora, de acuerdo con cifras del INEGI.
Ahora, con la creación del Insabi, el gobierno federal asume el control de los recursos financieros, humanos, materiales y las unidades de salud, informó el lunes el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela.
Con esto, apostaría a resolver un problema añejo que abona a la inequidad y a las carencias de la población más vulnerable del país.
Se espera que la transición pueda completarse en dos años.
Los problemas del Seguro Popular que el Insabi busca resolver
Andrea Deydén
andrea.deyden@elceo.com
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24 de octubre 2019 | 5:00 am
El Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), propuesto por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador para atender a los más de 20 millones de mexicanos que no cuentan con cobertura en caso de enfermedad ya está en marcha.
La tarde del miércoles, el pleno del a Cámara de Diputados aprobó la creación de este nuevo organismo, que asumirá la prestación gratuita de salud y medicamentos a los mexicanos que no están afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) o al Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM).
El Insabi sustituirá al Seguro Popular creado en el gobierno de Vicente Fox para atender a las personas que no tienen acceso a servicios de salud pública.
Hasta 2015, el Seguro Popular era la institución que concentraba a 49.9% de los derechohabientes mexicanos, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En 2016, prácticamente el 80% de las personas en el decil más pobre de la población (decil I) en el país se había afiliado a este sistema, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del INEGI, lo que ayudó a reducir la carencia reportada en estos servicios.
De 2008 a 2016, la falta de servicios de salud entre los mexicanos pasaron de 38.4% a 15.5%, de acuerdo con información del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Pero esta cifra solo toma en cuenta la afiliación a una institución de salud, pues este es considerado como un factor que determina el nivel de acceso que tiene una persona a servicios médicos, aunque no determina la calidad ni la oportunidad de los mismos.
escribe Coneval en el Estudio diagnóstico del derecho a la salud 2018.
Un nuevo esquema
El gobierno de López Obrador busca federalizar los Sistemas Estatales de Salud con el objetivo de brindar un mejor servicio y reducir las desigualdades en acceso a servicios médicos de la población más vulnerable.
Esto supone un cambio entre los modelos del Insabi y el Seguro Popular, concebido en 2003.
La implementación de este seguro recayó en los gobiernos estatales, a través de los Regímenes Estatales de Protección Social en Salud (REPSS), que se encargaron de gestionar y administrar las finanzas y los servicios médicos.
Por lo anterior, cada entidad federativa pudo ejercer su función con distinto grado de limitaciones, dependiendo si formaban parte de los servicios estatales de salud o si eran considerados unidades administrativas (con un menor grado de autonomía).
Estos obstáculos en la implementación ocasionaron que muchas localidades del país no tuvieran centros o personal de salud cercano.
En 2018, el 30.9% de las localidades del país -hogar de 3.1 millones de personas- se encontraban en condiciones de aislamiento y, por lo tanto, sin acceso a servicios de salud, de acuerdo con Coneval.
En esos lugares, el menor tiempo de traslado a un consultorio- por lo general adyacentes a farmacias- fue de 22 minutos, mientras que llegar a un hospital requirió casi de una hora, de acuerdo con cifras del INEGI.
Ahora, con la creación del Insabi, el gobierno federal asume el control de los recursos financieros, humanos, materiales y las unidades de salud, informó el lunes el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela.
Con esto, apostaría a resolver un problema añejo que abona a la inequidad y a las carencias de la población más vulnerable del país.
Se espera que la transición pueda completarse en dos años.
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Andrea Deydén
andrea.deyden@elceo.com
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