7 de julio 2020 | 11:00 am

Después de la desescalada en las medidas de confinamiento en diversos países, se registró un repunte en el número de nuevos casos de COVID-19, por lo que autoridades de diversos lugares decidieron dar marcha atrás a la reapertura.

California vuelve a confinarse mientras el virus se expande

El gobernador de California, Gavin Newsom, ordenó desacelerar la reapertura del estado ante un aumento de los casos de COVID-19, mientras los dos distritos más grandes del estado en materia de educación, Los Ángeles y San Diego, anunciaron que todo el aprendizaje será solo en línea cuando las clases se reanuden en unas semanas.

Newsom cerró bares y prohibió el funcionamiento en todo el estado de restaurantes que no estén al aire libre, al tiempo que decidió también el cierre de iglesias, gimnasios y salones de belleza en los condados más afectados.

El gobernador tomó la decisión en momentos en que los casos de COVID19 están saturando hospitales en varios condados rurales y en que las infecciones aumentan con fuerza en Los Ángeles y partes del área de la Bahía de San Francisco.

Los Ángeles es el segundo distrito estudiantil más grande de EU y junto a San Diego tienen un total combinado de 706,000 estudiantes y 88,000 empleados.

Florida cierra gimnasios y restaurantes

Tal es es el caso del condado de Miami-Dade, Florida, en donde restaurantes, gimnasios, salones de fiesta y otros establecimientos volverán a cerrar sus puertas a partir del miércoles 8 de julio, según informó el alcalde de ese condado, Carlos A. Giménez.

Las actividades al aire libre continuarán permitidas así como albercas y hoteles, siempre y cuando se tomen las medidas de higiene y de distanciamiento social.

En tanto, la reapertura de las playas, incluidas las de Miami, está programada para este martes, no obstante, Giménez lanzó una advertencia.  Si “vemos que hay mucha gente y que no siguen las reglas de salud pública, me veré obligado a cerrar las playas de nuevo”, dijo.

Australia reimpone confinamiento

En el caso de los estado de Victoria y de Nueva Gales del Sur, Australia, las autoridades anunciaron el 7 de julio el cierre de las fronteras entre esas dos demarcaciones, las cuales son las más pobladas y los principales motores económicos del país.

La medida entrará en vigor a partir de la medianoche del miércoles y el confinamiento durará seis semanas en Melbourne -la segunda ciudad más grande de Australia después de Sidney- que cuenta con 4.9 millones de habitantes.

Tan solo en esa jurisdicción australiana se contabilizaron más de 8,000 contagios y 106 muertes.

“Tenemos que ser claros entre nosotros de que esto no ha terminado. Pretender que ha pasado porque así lo queremos no es la respuesta. Eso es parte del problema”, dijo Daniel Andrews, gobernador del estado de Victoria.

Argentina también da marcha atrás

Desde finales de junio, algunas partes de Argentina, Alemania y Estados Unidos revirtieron las medidas de desconfinamiento tras observar un alza en la propagación del COVID-19.

Alberto Fernández, presidente de Argentina, dijo el viernes 26 de junio, en un mensaje televisado, que endurecerán las medidas de confinamiento en Buenos Aires y su zona metropolitana.

“Vamos a volver a cerrar en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) para que la circulación disminuya drásticamente, para reducir contagios y la demanda de camas. El día 1 de julio, vamos a pedirles a todos que vuelvan a aislarse en sus casas y solo salgan para buscar provisiones para la vida cotidiana. Del 1 al 17 de julio eso va a funcionar así. Van a mantenerse solo los servicios esenciales y en algunas zonas algunas industrias”, dijo el mandatario.

Esta es la séptima vez que se renueva la cuarentena, pero en las anteriores ocasiones se fueron flexibilizando las medidas y en esta oportunidad retomaron más fuerza. La decisión se toma enmedio un crecimiento exponencial de casos, con 1,167 fallecidos por coronavirus y 52,444 casos confirmados, de los cuales 18,416 ya están recuperados.

El presidente dijo que Buenos Aires y su periferia, donde viven unos 14 millones de los 44 millones de argentinos, “está contagiando al resto del país”.

Texas regresa a confinamiento

Greg Abbott, el gobernador republicano de Texas cerró bares y prohibió la venta de bebidas alcohólicas por incremento en el número de contagios a partir del 26 de junio.

“En este momento está claro que el aumento de casos se debe en gran medida a ciertos tipos de actividades, incluidos los texanos que se congregan en bares”, dijo el gobernador.

En el estado se mantiene el servicio retiro en el local y entregas a domicilio. Otras medidas incluyen que los restaurantes pueden permanecer abiertos a 50% de su capacidad, mientras que las reuniones al aire libre de 100 personas o más requieren la aprobación del gobierno local.

Texas fue uno de los estados más agresivos en la reapertura a principios de junio, tras meses de confinamiento. El estado registró un récord de 5,596 nuevos casos de COVID-19 el jueves, multiplicando los 1,254 casos diarios que registró hace 10 días.

Lina Hidalgo, directora ejecutiva del Condado de Harris -el más poblado de Texas-, emitió un aviso de permanencia en el hogar y elevó el nivel de amenaza a “severo” o Nivel 1.

Florida también cerró nuevamente los bares y la tienda Apple anunció que cerraría temporalmente las puertas de 14 de sus tiendas.

El aumento de casos ha sido continuo en gran parte de los 50 estados del país, especialmente en los más poblados del sur y oeste, California, Arizona, Texas y Florida.

El vicepresidente, Mike Pence, intentó tranquilizar a la población en nombre del mandatario, Donald Trump, resaltando que el país está mejor preparado que en marzo para enfrentar la pandemia. A su vez, resaltó que los contagios recientes se daban en gran medida entre jóvenes, menos vulnerables ante los efectos graves de la covid-19.

“Estamos en una posición mucho mejor. La verdad es que ralentizamos las transmisiones, aplanamos la curva”, dijo el vicepresidente.

Alemania regresa dos distritos

El martes 23 de junio el gobierno de Alemania, dirigido por Angela Merkel anunció que volverían a confinamiento los distritos de Gütersloh  y Warendorf en los que viven más de 600,000 personas debido a la aparición de un importante foco vinculado al mayor matadero de Europa.

“Por primera vez en Renania del Norte-Westfalia y en Alemania, vamos a volver en todo un cantón a las medidas que se aplicaban hace algunas semanas”, indicó Armin Laschet, el dirigente de la región más poblada y más industrializada del país, durante una conferencia de prensa en Düsseldorf.

El segundo confinamiento está previsto hasta el 30 de junio, busca la  reducción de los contactos entre las personas, cierre de bares, cines, museos y prohibición de actividades de ocio en espacios cerrados, mientras que los restaurantes podrán abrir, pero con restricciones.

La población recibió con alivio estas drásticas medidas, diez días antes de las vacaciones escolares. Algunos incluso hubiera preferido que las autoridades las impusieran antes.

“Es un poco tarde, sino no habría habido esta propagación”, dijo Brigitte Jäger, habitante de Rheda-Wiedenbrück, cerca de Gütersloh, donde está el matadero.

“Esperaba esto mucho antes”, abundó Ullrich Wegner.

Alemania, de 80 millones de habitantes, registró hasta el momento unos 9,000 fallecidos por coronavirus, cantidad menor  en comparación con Francia, Italia o España, y su labor ante la epidemia fue unánimemente elogiada.

Ahora, intenta controlar un foco importante de contaminación en el que es considerado el mayor matadero de animales de Europa, situado cerca de Gütersloh y en donde trabajan 6.700 personas, muchas procedentes de Bulgaria y Rumania.

Muchos de estos trabajadores están alojados en residencias donde puede haber una gran promiscuidad.

El lunes por la noche, las autoridades locales anunciaron 1,553 contagios por la covid-19 en el distrito. Cerca de 7,000 personas estaban en cuarentena, 21 hospitalizadas y 6 en cuidados intensivos.

El conjunto de los empleados del grupo, que tiene un volumen de negocios anual de 7,300 millones de dólares.

La aparición de varios focos de contaminación en mataderos en Alemania, pero también en Francia, ha reactivado el debate sobre las condiciones de trabajo en estos lugares, usualmente denunciadas por las asociaciones medioambientales.

El número particularmente elevado de casos en mataderos podría explicarse por el frío y las partículas aerosoles que permanecerían más tiempo en suspensión en el aire, según el instituto de vigilancia sanitaria, el RKI.

El gobierno de Angela Merkel ha decidido por su lado endurecer las normas sanitarias en estos mataderos.

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