Una de las principales medidas para mitigar el número y la velocidad de contagios por COVID-19 en la Ciudad de México fue la suspensión de actividades, lo que trajo consigo una reducción en la movilidad.
Hasta mayo se reportaron reducciones del 75% en el uso del Metro, de 65% en Metrobús, de 60% en Trolebuses, 60% RTP y 80% en Ecobici, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Movilidad, mientras que durante junio, julio y agosto la actividad se incrementó entre un 10 y 20%.
La variación respecto a la operación normal en estos meses fue en promedio de -55% en el Metro y Trolebús, de -60% en Metrobús, -45% en RTP y -70% para Ecobici.
Las estadísticas de la CDMX no incluyen los decrementos en el uso de sistemas de micromovilidad como los monopatines, sin embargo, dichas empresas dejaron de operar durante la pandemia, algunas incluso antes.
En el caso de los monopatines, dos empresas contaban con el permiso otorgado por Semovi, por un lado Bird, que obtuvo el permiso tras la negativa de Lime de pagar la contraprestación y Grin.
Grin ya tenía problemas operativos que arrastraba desde 2019, sin embargo con la llegada de la pandemia estos se agravaron y durante marzo recortó alrededor de 120 puestos de trabajo, y aunque algunos trabajadores lograron negociar, no todos han tenido la misma suerte.
Francisco Javier Rodríguez, un extrabajador, dijo a EL CEO que la empresa le adeuda liquidación, sueldos caídos y reparto de utilidades. De acuerdo con su testimonio, han interpuesto 59 demandas individuales hacia la empresa e incluso requerimientos ante el Servicio de Administración Tributaria, sin embargo declara que la empresa está “desaparecida” y que abandonaron las instalaciones ubicadas en patriotismo.
En mayo Grin lanzó un nuevo un nuevo modelo de negocio con el que esperaba poder reanudar las operaciones. El modelo consistía en la renta de los monopatines por periodos desde hasta un mes, en lugar de alquilarlos por viaje. Sin embargo en redes sociales se encuentran a la venta los equipos.
Una fuente cercana a la empresa que solicitó no ser citada señaló que Grin cerró, aunque no se han esclarecido las particularidades del procedimiento, mientras que los trabajadores tampoco han podido establecer contacto con la empresa.
Movo es otra de las opciones de monopatines, que al retirarse de la contienda por la concesión en la CDMX optaron por establecer un convenio con la desarrolladora de vivienda Quiero Casa para que en algunos de sus proyectos los habitantes pudieran utilizar los monopatines.
EL CEO buscó a Movo y comentaron que debido a la pandemia desde el mes de abril suspendieron de manera indefinida sus operaciones.
Bicis: entre pandemia, irregularidad y robos
A diferencia de los monopatines, la alternativa de movilidad en bicicleta en la CDMX (además de Ecobici) aún sobrevive, aunque lidiando no solo con la pandemia, sino también con la irregularidad de otros y con los robos de unidades.
En 2019, la Semovi otorgó permisos anuales de operación a dos empresas de monopatines eléctricos y tres empresas de bicicletas sin anclaje, los cuales autorizaron la operación de 3,500 monopatines eléctricos y 2,800 bicicletas sin anclaje, aunque quedó pendiente la asignación de otras 2,000 bicicletas.
Asimismo, como contraprestación, la CDMX obtuvo un ingreso extraordinario por 37.9 millones de pesos, una cantidad que en parte sería destinada a los puntos de arribo para el estacionamiento de este tipo de transporte, según el primer informe anual de la Semovi.
Sin embargo, poco más de un año después, el escenario es muy distinto: firmas como VBike y Motum o Jump desaparecieron del mapa, ésta última una alternativa para los usuarios de bicicleta de la familia Uber.
Jump
Aunque si bien el objetivo de Jump en la CDMX era ofrecer una alternativa sustentable y eficiente de movilidad, no duró mucho en funcionamiento pese a acumular 1.8 millones de kilómetros recorridos en 767,000 viajes.
No obstante, Uber decidió darle otro rumbo al negocio para fusionar Jump con Lime, por lo que hacia adelante, la operación continuará de manera combinada, pero se descontinuará en las ciudades de Sao Paulo, Santos, y Santiago, así como en la CDMX.
Uber continúa siendo un firme creyente en la micromovilidad y su poder de cambiar las ciudades de manera positiva, y cree que la escala y enfoque de Lime serán esenciales para continuar con esa transformación
señaló la compañía en el último comunicado emitido al respecto.
Dezba
Una de las firmas que sigue rodando en la capital es Dezba, con una oferta de movilidad de bicicletas eléctricas que, aunque cuenta con el permiso de la Semovi para operar 900 unidades, se vio obligada por la pandemia a reducir su oferta de unidades en activo.
La contingencia sanitaria no es el único desafío que enfrenta la firma al mantenerse activa en la CDMX, pues además del aumento en el robo de sus unidades, se enfrentan a la competencia irregular de otras empresas que no tienen permiso para operar, aseguró Federico Recke, fundador y director de Dezba, a EL CEO.
El directivo asegura que Dezba es actualmente la única empresa mexicana de bicicletas que sigue operando legalmente en CDMX y, a pesar de la pandemia, mantiene su apuesta por la movilidad en bicicleta, demanda que ha repuntando en las últimas semanas tras meses de poca actividad.
Sin embargo, la pandemia agudizó otro problema: el robo de unidades, y para contrarrestarlo, Dezba ha innovado en los rastreadores de las bicis, aunque siendo un golpe fuerte para la empresa y el principal detractor para llegar a zonas más vulnerables de la capital.
A partir de agosto Dezba empezó a liberar más flotilla de acuerdo a la demanda, pues descarta poner bicis en la calle sin la debida operación “tal como lo hace la competencia ilegal; esa no es nuestra filosofía pues, si vamos a poner una bici en la calle, es porque estamos seguros de que se va a usar”, aseguró.
Mobike
Tras la subasta, la relación entre Semovi y Mobike se tornó más tensa y envuelta en acusaciones de ida y vuelta sobre irregularidades tanto del proceso como de la operación.
A pesar de que a Mobike no se le otorgó la concesión para operar en la CDMX, las emblemáticas bicicletas naranjas siguen circulando en la capital pese a no contar con permiso, lo que jugadores como Dezba califican de “operación irregular e ilegal”.
Sin embargo, la empresa asegura contar con un número suficiente de unidades en operación para atender la demanda, aunque con 2,000 unidades menos en circulación luego de que Semovi e Invea retiraran sus unidades de las calles hace ya varios meses, aseguró René Ojeda, director de Mobike México a EL CEO.
“No vamos a quitar el dedo del renglón para la operación de la CDMX, y seguimos teniendo las unidades disponibles para ofrecer el servicio. Una es que los amparos se resuelvan y nos devuelvan las unidades, buscar una regulación positiva para fomentar la movilidad sustentable”, aseguró Ojeda.
Hasta ahora, Ojeda reconoce que ha intentado recuperar dichas unidades sin éxito al no recibir respuesta de la Secretaría de Movilidad liderada por Andrés Lajous.
Empresas de monopatines y bicicletas en CDMX sufren a causa de la pandemia
Pool CEO
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2 de septiembre 2020 | 5:00 am
Por: Liz Cervantes e Itzel Castañares
Una de las principales medidas para mitigar el número y la velocidad de contagios por COVID-19 en la Ciudad de México fue la suspensión de actividades, lo que trajo consigo una reducción en la movilidad.
Hasta mayo se reportaron reducciones del 75% en el uso del Metro, de 65% en Metrobús, de 60% en Trolebuses, 60% RTP y 80% en Ecobici, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Movilidad, mientras que durante junio, julio y agosto la actividad se incrementó entre un 10 y 20%.
La variación respecto a la operación normal en estos meses fue en promedio de -55% en el Metro y Trolebús, de -60% en Metrobús, -45% en RTP y -70% para Ecobici.
Las estadísticas de la CDMX no incluyen los decrementos en el uso de sistemas de micromovilidad como los monopatines, sin embargo, dichas empresas dejaron de operar durante la pandemia, algunas incluso antes.
En el caso de los monopatines, dos empresas contaban con el permiso otorgado por Semovi, por un lado Bird, que obtuvo el permiso tras la negativa de Lime de pagar la contraprestación y Grin.
Grin ya tenía problemas operativos que arrastraba desde 2019, sin embargo con la llegada de la pandemia estos se agravaron y durante marzo recortó alrededor de 120 puestos de trabajo, y aunque algunos trabajadores lograron negociar, no todos han tenido la misma suerte.
Francisco Javier Rodríguez, un extrabajador, dijo a EL CEO que la empresa le adeuda liquidación, sueldos caídos y reparto de utilidades. De acuerdo con su testimonio, han interpuesto 59 demandas individuales hacia la empresa e incluso requerimientos ante el Servicio de Administración Tributaria, sin embargo declara que la empresa está “desaparecida” y que abandonaron las instalaciones ubicadas en patriotismo.
En mayo Grin lanzó un nuevo un nuevo modelo de negocio con el que esperaba poder reanudar las operaciones. El modelo consistía en la renta de los monopatines por periodos desde hasta un mes, en lugar de alquilarlos por viaje. Sin embargo en redes sociales se encuentran a la venta los equipos.
Una fuente cercana a la empresa que solicitó no ser citada señaló que Grin cerró, aunque no se han esclarecido las particularidades del procedimiento, mientras que los trabajadores tampoco han podido establecer contacto con la empresa.
Movo es otra de las opciones de monopatines, que al retirarse de la contienda por la concesión en la CDMX optaron por establecer un convenio con la desarrolladora de vivienda Quiero Casa para que en algunos de sus proyectos los habitantes pudieran utilizar los monopatines.
EL CEO buscó a Movo y comentaron que debido a la pandemia desde el mes de abril suspendieron de manera indefinida sus operaciones.
Bicis: entre pandemia, irregularidad y robos
A diferencia de los monopatines, la alternativa de movilidad en bicicleta en la CDMX (además de Ecobici) aún sobrevive, aunque lidiando no solo con la pandemia, sino también con la irregularidad de otros y con los robos de unidades.
En 2019, la Semovi otorgó permisos anuales de operación a dos empresas de monopatines eléctricos y tres empresas de bicicletas sin anclaje, los cuales autorizaron la operación de 3,500 monopatines eléctricos y 2,800 bicicletas sin anclaje, aunque quedó pendiente la asignación de otras 2,000 bicicletas.
Asimismo, como contraprestación, la CDMX obtuvo un ingreso extraordinario por 37.9 millones de pesos, una cantidad que en parte sería destinada a los puntos de arribo para el estacionamiento de este tipo de transporte, según el primer informe anual de la Semovi.
Sin embargo, poco más de un año después, el escenario es muy distinto: firmas como VBike y Motum o Jump desaparecieron del mapa, ésta última una alternativa para los usuarios de bicicleta de la familia Uber.
Jump
Aunque si bien el objetivo de Jump en la CDMX era ofrecer una alternativa sustentable y eficiente de movilidad, no duró mucho en funcionamiento pese a acumular 1.8 millones de kilómetros recorridos en 767,000 viajes.
No obstante, Uber decidió darle otro rumbo al negocio para fusionar Jump con Lime, por lo que hacia adelante, la operación continuará de manera combinada, pero se descontinuará en las ciudades de Sao Paulo, Santos, y Santiago, así como en la CDMX.
señaló la compañía en el último comunicado emitido al respecto.
Dezba
Una de las firmas que sigue rodando en la capital es Dezba, con una oferta de movilidad de bicicletas eléctricas que, aunque cuenta con el permiso de la Semovi para operar 900 unidades, se vio obligada por la pandemia a reducir su oferta de unidades en activo.
La contingencia sanitaria no es el único desafío que enfrenta la firma al mantenerse activa en la CDMX, pues además del aumento en el robo de sus unidades, se enfrentan a la competencia irregular de otras empresas que no tienen permiso para operar, aseguró Federico Recke, fundador y director de Dezba, a EL CEO.
El directivo asegura que Dezba es actualmente la única empresa mexicana de bicicletas que sigue operando legalmente en CDMX y, a pesar de la pandemia, mantiene su apuesta por la movilidad en bicicleta, demanda que ha repuntando en las últimas semanas tras meses de poca actividad.
Sin embargo, la pandemia agudizó otro problema: el robo de unidades, y para contrarrestarlo, Dezba ha innovado en los rastreadores de las bicis, aunque siendo un golpe fuerte para la empresa y el principal detractor para llegar a zonas más vulnerables de la capital.
A partir de agosto Dezba empezó a liberar más flotilla de acuerdo a la demanda, pues descarta poner bicis en la calle sin la debida operación “tal como lo hace la competencia ilegal; esa no es nuestra filosofía pues, si vamos a poner una bici en la calle, es porque estamos seguros de que se va a usar”, aseguró.
Mobike
Tras la subasta, la relación entre Semovi y Mobike se tornó más tensa y envuelta en acusaciones de ida y vuelta sobre irregularidades tanto del proceso como de la operación.
A pesar de que a Mobike no se le otorgó la concesión para operar en la CDMX, las emblemáticas bicicletas naranjas siguen circulando en la capital pese a no contar con permiso, lo que jugadores como Dezba califican de “operación irregular e ilegal”.
Sin embargo, la empresa asegura contar con un número suficiente de unidades en operación para atender la demanda, aunque con 2,000 unidades menos en circulación luego de que Semovi e Invea retiraran sus unidades de las calles hace ya varios meses, aseguró René Ojeda, director de Mobike México a EL CEO.
“No vamos a quitar el dedo del renglón para la operación de la CDMX, y seguimos teniendo las unidades disponibles para ofrecer el servicio. Una es que los amparos se resuelvan y nos devuelvan las unidades, buscar una regulación positiva para fomentar la movilidad sustentable”, aseguró Ojeda.
Hasta ahora, Ojeda reconoce que ha intentado recuperar dichas unidades sin éxito al no recibir respuesta de la Secretaría de Movilidad liderada por Andrés Lajous.
La Secretaría de Movilidad publicará en las próximas semanas el nuevo procedimiento para obtener el permiso de operación para 2021.
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