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Un nuevo episodio está a punto de comenzar en la batalla de los videojuegos con el debut de PlayStation 5 y Xbox Series X en el mercado, programado para el 10 y 12 de noviembre, respectivamente.
Las consolas de última generación de Sony y Microsoft acaparan la atención de esta nueva etapa en la industria que generará 159,300 millones de dólares (mdd) en 2020 gracias al impulso de la pandemia, según la agencia especializada Newzoo.
En el apartado técnico, ambas consolas poseen características similares, por lo que ambas empresas están recurriendo a estrategias diferentes para lograr imponerse en la venta de dispositivos físicos.
“Parece que Microsoft apuesta por una mayor presencia en el sector de servicios, mientras que Sony quiere seguir vendiendo consolas a través de incrementar su oferta de juegos exclusivos”, dice Hugo García, cofundador de la desarrolladora mexicana Golden Pie.
Además de Sony y Microsoft, Nintendo continuará como un digno contendiente gracias a su plataforma Switch, cuyas ventas promedian más de 15 millones de unidades por año desde que se estrenó en 2017.
Sin embargo, la nueva generación también cuenta con nuevos competidores que buscarán colocar los juegos vía streaming en las preferencias de los cerca de 3,100 millones de videojugadores que existen en el mundo, según una estimación de DFC Intelligence.
“El streaming se quiere posicionar como una opción real para los gamers de todo el mundo, pero antes tiene que lidiar con dificultades de adaptabilidad de los usuarios”, explica el desarrollador.
En cuanto a las ventas de la generación actual de consolas, Sony se impuso a sus competidores con PlayStation 4.
El aparato de sobremesa ha llegado a las 104.8 millones de unidades vendidas, de acuerdo con los estados financieros de la firma japonesa. No obstante, su promedio de ventas anuales es ligeramente menor al de Nintendo Switch.
Microsoft, por su parte, no comparte cifras sobre las consolas Xbox One comercializadas, pero cálculos realizados por portales especializados como VGChartz indican que hasta enero de este año se habían vendido aproximadamente 47.1 millones de unidades.
Quizá haber perdido la batalla actual ocasione que la estrategia de la compañía dirigida por Satya Nadella para los primeros meses de la nueva generación esté enfocada en el reforzamiento de los servicios en línea de Xbox, más que en la venta de consolas.
James Gwertzman, cabeza del área de Gaming Cloud en Microsoft apuntaba a principios de año que la visión de la compañía es llegar a todos los gamers del mundo y que vendiendo Xbox “nunca llegarían a más de 100 millones de ellos”.
“La única forma de llegar a los 2,700 millones restantes es de otra forma, ya sea con xCloud o con otras tecnologías con las que no lleguemos directamente“, dijo el directivo en entrevista con el sitio VentureBeat.
En este apartado, Microsoft lleva una clara ventaja frente a Sony debido a la inversión que realizó recientemente en servicios como Xbox Live, Play Anywhere, Games With Gold y Xbox Game Pass.
La compañía dirigida por Kenichiro Yoshida, por su parte, apuesta por la compra de estudios de videojuegos para acaparar la venta física de consolas. Su oferta de juego vía streaming se ha estancado con el servicio PS Now, presente en pocas regiones del mundo.
“Sony se niega a abandonar el modelo de las consolas físicas porque es especialista en esto. Lo que veo es que el tipo de productos que sacan las dos empresas es derivada de los productos con los que generan más ingresos”, dice Hugo García.
Sony anunció una inversión de 250 mdd el 10 de julio para adquirir una minoría de la compañía Epic Games. Con este movimiento, adquirió una participación de 1.4% en la desarrolladora de videojuegos.
El acuerdo amplía su relación con la firma creadora de Fortnite. Además, refuerza la plataforma de entretenimiento social y el ecosistema digital de Epic para crear experiencias diferentes para consumidores y creadores.
“A través de nuestra inversión, exploraremos oportunidades para una mayor colaboración con Epic para deleitar y aportar valor a los consumidores ya la industria en general, no solo en los juegos, sino también en el panorama del entretenimiento digital en rápida evolución“, dijo Kenichiro Yoshida, presidente y director ejecutivo de Sony.
Previo al lanzamiento de PlayStation 5, Sony lanzó su división PS Studios, que reúne a algunas de las desarrolladoras más relevantes en la actualidad.
La respuesta de Microsoft llegó con la compra de ZeniMax Media, empresa matriz del estudio Bethesda Softworks, por 7,500 mdd a menos de dos meses del lanzamiento de Xbox Series X.
Aunque el movimiento parece más para mejorar su servicio de transmisión Game Pass agregando franquicias exitosas como The Elder Scrolls y Fallout.
Daniel Ives, analista de Wedbush, califica la adquisición como un “movimiento estratégico inteligente” que fortalece a Game Pass al incorporar nuevos equipos de creación y permitir a la compañía capitalizar Starfield, un juego muy esperado.
Para los primeros seis meses del año fiscal 2019, los ingresos de Microsoft por videojuegos alcanzaron los 6,970 mdd, un crecimiento del 20% desde los primeros seis meses del año fiscal 2018. Los juegos representaron el 11.3% de los ingresos totales de la compañía durante ese periodo.
Ambas plataformas son muy similares en cuanto al apartado técnico. Tienen un CPU de ocho núcleos Zen 2, aunque la de Xbox es ligeramente más rápida.
Tampoco en el apartado gráfico hay una diferencia demasiado destacable. Tanto PlayStation 5 como Xbox Series X prometen a sus usuarios la capacidad de jugar en 4K de 60 fotogramas por segundo a 120.
En las tasas de transferencias, la PS5 es capaz de conseguir una transferencia de 5.5 GB/s de datos brutos y de entre 8 y 9 GB/s de datos comprimidos, el doble que la Xbox Series X.
Esto se traduce a que la PS5 tiene la capacidad de cargar 2 GB en 0.27, es decir, con un tiempo de carga menor que la consola de Xbox.
Las diferencias más sustanciales entre ambas consolas es el sistema de almacenamiento, debido a que la Xbox Series X incorpora un SSD NVMe personalizado de 1TB, mientras que la PS5 ha apostado por un SSD personalizado.
El cambio más relevante para el ecosistema gamer en los próximos meses será la evolución de los servicios de juego a través del streaming.
Microsoft lanzó el 15 de septiembre su servicio de juegos en la nube Xbox a precio de un dólar para el primer mes de los nuevos usuarios, en un esfuerzo importante por atraer jugadores ocasionales.
Los suscriptores de Xbox Game Pass Ultimate, con un precio de 14.99 dólares mensuales, podrán jugar más de 150 juegos a través de la nube en consolas Xbox, dispositivos Android y PC. El servicio Xbox Game Pass tiene más de 10 millones de miembros.
Los suscriptores no necesitarán comprar una consola para jugar, solo un dispositivo Android y un controlador compatible.
El lanzamiento en 22 países, incluidos los Estados Unidos y 19 países europeos, marca un cambio para Microsoft hacia los juegos en la nube, que elimina la necesidad de hardware voluminoso pero requiere una conexión rápida a internet.
En este apartado también se encuentra Stadia, el servicio de Google que debutó a finales de 2019 y que busca consolidarse como una nueva opción para los videojugadores de todo el mundo.
El servicio está disponible en 14 países de Norteamérica y Europa bajo una suscripción mensual de 9.99 dólares por mes. La tarifa permite comprar juegos de un catálogo almacenado en los servidores de la plataforma.
Aún no está claro el futuro para este servicio de Google, pero recientemente se actualizó para ser compatible con teléfonos con sistema operativo Android y iOs.
La batalla de las consolas está a menos de un mes de empezar, y cada trinchera tiene clara la forma con la que buscará alzarse con la victoria.