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Te registras, compruebas tu mayoría de edad, proporcionas tus datos para que te paguen a través de terceros por medio de una cuenta bancaria o Paypal y estás dentro. Estos son los pasos que siguió María, una joven de no más de 25 años, estudiante de Administración en una universidad pública de la Ciudad de México, que vio una forma de ganar dinero por cuenta propia, gracias al consejo de una amiga suya.
La oportunidad la encontró en OnlyFans, una plataforma digital en la que los seguidores de una persona le pagan una suscripción por ver contenido exclusivo.
A diferencia de Twitter, Facebook, Instagram o TikTok, que aplican controles más estrictos sobre lo que un usuario publica, el atractivo de esta red social es la flexibilidad de normas, por lo que una persona no tiene restricciones sobre lo que desea subir. Esto puede incluir fotos o videos íntimos que solo mostrarán a su base de seguidores.
María, quien prefirió omitir su verdadero nombre para proteger su identidad, cursa los últimos semestres de la carrera y este año comenzaría a buscar su primer empleo, sin embargo, la crisis económica sin precedentes que trajo la pandemia de COVID-19 mermó sus planes. De moverse libremente y acudir a las clases presenciales pasó a vivir gran parte del encierro voluntario en casa, conectada durante el día en horarios salteados, lo que le complicó la búsqueda de un empleo, incluso de media jornada. Su familia comenzó a sentir los estragos del cierre de la economía conforme pasaban los meses, y aunado a la falta de oportunidades decidió probar suerte con su propio cuerpo.
“Busqué formas de generar un ingreso extra durante la pandemia porque no encontré vacantes en el área que estudio”.
La estudiante no experimentó nervios ni consideró asuntos de pudor o reflexiones más complejas para la sociedad, como la moral. Al final, dice, es una decisión propia lo que sube a la plataforma. Ella ya contaba con una base de seguidores en su cuenta de Instagram, desde donde ya publicaba fotografías sin que fueran explícitas, lo que la ayudó a no sentir pena, solo ampliar la oferta de contenido a uno más exclusivo, con imágenes en lencería, sin hasta ahora optar por un desnudo completo.
“Se me hizo fácil. Si ya tenía seguidores en una red social, el contenido lo doy gratis y no gano, mejor los invito a que me sigan en OnlyFans y gano dinero”, agrega la joven, quien lleva dos meses utilizando la plataforma, que le permite establecer los precios y solo entregar un 20% de comisión por las ganancias.
La pandemia fue el evento menos considerado dentro de las previsiones más extremas para el 2020, mucho menos en las generaciones más jóvenes del mundo, que por primera vez experimentan una crisis económica sin precedentes que configura la manera en que se desarrollan en el ámbito educativo, profesional, social y económico.
No solo Instagram, Facebook o Twitter resultaron una opción para vender productos ante la falta de empleo, sino que la opción de recurrir a otro tipo de redes sociales para generar ingresos rápidos, como la idea de vender contenido íntimo o sexual, también se hizo presente.
OnlyFans no es considerada como una red social pornográfica o enfocada a trabajadoras sexuales, aunque sí es concurrida por personas afines al segmento. Pero otras personas que laboran en una profesión distinta incluso presumen abiertamente haber obtenido ganancias de hasta seis cifras en cuestión de meses. Es el caso de la modelo sueca Monica Huldt, quien dijo en marzo al sitio estadounidense Business Insider que ganaba más de 100,000 dólares al año, cobrando a cada seguidor 6.50 dólares al mes.
El mercado de la venta de contenido sexual o erótico por internet es incipiente, sin embargo, el confinamiento por la pandemia de COVID-19 comenzó a modificar comportamientos en la sociedad. En el caso de México, más del 39% de las mujeres y casi el 38% de los hombres informaron haber aumentado el uso de videollamadas y el envío de imágenes íntimas por medio de un teléfono móvil, mejor conocido como sexting, de acuerdo con una encuesta realizada por Statista en mayo de 2020. Los datos no incluyen compartir contenido a cambio de un pago mediante redes sociales.
“Como en cualquier otra red social, al final somos responsables del contenido que compartimos, pero pienso que es seguro porque eres consciente de lo que compartes”, asegura María.
Roberto, quien también pidió omitir su nombre real para este reportaje, es otro joven mexicano que considera que OnlyFans le ayuda a complementar los gastos. “Mis ingresos bajaron por la pandemia. Quizá no voy a ganar 10,000 pesos al mes, pero sí ayuda. Este dinero extra lo uso para la gasolina o cosas pequeñas. No es el mayor pero sí un complemento”.
La venta de contenido erótico es un trabajo que puede realizarse sin tener que salir de casa y sin tener contacto físico, que además permite seguir generando dinero, explica Angie Contreras, integrante de Cultivando Género, Asociación Civil que promueve la igualdad y derechos de mujeres, niñas y niños.
“En un contexto en el que las personas se están quedando sin trabajo y la necesidad de tener recurso para poder sobrevivir, buscan alternativas laborales”.
OnlyFans, lanzada en 2016, es el nombre comercial de Fenix International Limited, una compañía de tecnología con sede en Londres que llama a los usuarios ‘creadores’ y ‘fans’ a los seguidores, con el objetivo de fomentar una mayor cercanía entre una comunidad con algún influencer.
La plataforma ha visto un aumento en el uso tanto de creadores como de fans en los últimos meses. En marzo reportó 3.5 millones de nuevos registros, de los cuales 60,000 son nuevos creadores, según información que compartió la empresa. Solo en las primeras semanas de marzo, cuando se acentuó la pandemia, el uso aumentó en un 75%.
En México desde que inició la Jornada Nacional de Sana Distancia hasta septiembre, la red social duplicó el total de visitantes únicos al mes.
Para recibir el pago de las suscripción, según María, es necesario registrarse en otras plataformas llamadas Pack Zoom y Skrill, desde las que se registra una cuenta bancaria o de Paypal, sin embargo no se transfiere directo de OnlyFans a Paypal, sino por medio de un convertidor que funciona hasta con criptomonedas.
Actualmente registra más de 170 millones de visitas y 450,000 creadores.
El gancho radica en ser un complemento natural de las redes sociales existentes, es decir, mediante un feed gratuito en Instagram o Twitter se impulsa el tráfico hacia OnlyFans.
“Ayuda mucho que tengas seguidores. En mi caso, en Twitter. Si tienes seguidores y hay gente interesada, de inmediato entrará a OnlyFans. Iniciar desde cero es muy complicado”, dijo César, otro joven mexicano que se unió hace cuatro meses.
Aunque OnlyFans es cada vez más popular, existen otras opciones menos conocidas que ofrecen un modelo similar para la venta de contenido sexual o íntimo, como Just for Fans, IsMyGirl, Manyvids, Membershyp o IWantFanClub, que también cobran una comisión de entre el 10 y 30%. En algunas de estas el contenido es aún más explícito y proviene de la industria pornográfica.
Datos de SimilarWeb, consultados por EL CEO, dejan ver que en el caso de cualquiera de estas redes sociales, la mayoría del tráfico es orgánico, mientras que el referido proviene de Twitter, Instagram y páginas de contenido para adultos.
La crisis que ha generado la pandemia en los frentes económicos y laborales está llevando a las personas a tomar la decisión de entrar a estos mercados, considera Luisa Ortiz, directora y cofundadora de Vita Activa, organización que acompaña a mujeres y disidencias que enfrentan violencias de género en línea.
“Desafortunadamente sabemos que es una decisión cohesionada por la economía, la desesperación”.
En México, la tasa de desempleo en octubre descendió a 4.7%, sin embargo, hubo un repunte en la informalidad laboral, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Dicha reducción en la tasa de desocupación responde a la creación de más de 200,000 empleos formales registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
El número de personas desempleadas es menor a los 2.7 millones que había en septiembre, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.
La recuperación del empleo en América Latina y el Caribe avanza lentamente y el ritmo será incluso menor entre los jóvenes, según un estudio realizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Es probable que la demanda de trabajadores jóvenes disminuya aún más, indica el reporte ‘La dinámica laboral en una crisis de características inéditas: desafíos de política’, elaborado por la Cepal y la OIT.
En el terreno juvenil, OnlyFans, comienza a surgir como una alternativa rápida para salir del apuro, más allá del puro entretenimiento que pudiera significar la plataforma.
“Es importante evitar caer en el tecno optimismo de que existen y que es una buena alternativa. Pienso que en el caso de OnlyFans, al menos en América Latina, se puede tergiversar muy fácil”, sugiere Alex Argüelles, tecnóloga integrante de Ciberseguras, un proyecto conformado por diferentes colectivas (originarias de Brasil, México, Guatemala, Chile y Bolivia) enfocadas en prevenir la violencia digital.
OnlyFans tuvo sus propios problemas de ciberseguridad. A principios de 2020 se habló una supuesta violación de datos que resultó en la distribución de imágenes de varios usuarios, de acuerdo con el medio The Verge. Se filtraron en línea más de 1.6 terabytes de videos e imágenes.
Esto evidenció que las personas que pagan por ver fotografías y videos de ciertas personas terminan por compartir el material con terceros, que comienzan a elaborar su propia biblioteca privada, lo que resulta en un posible mal uso del contenido, sin consentimiento, para comercializarlo una segunda vez.
El compilado de datos está compuesto principalmente por cuentas de mujeres, específicamente, quienes utilizan el sitio para compartir imágenes sexuales. Aunque The Verge no especificó el porcentaje que corresponde a las cuentas de mujeres.
“Se pierde el control y no existe una plataforma que tenga la posibilidad de asegurarte un one to one. ¿Estás realmente haciendo un buen negocio o tú eres el producto que está siendo negociado?”, cuestiona Luisa Ortiz, de Vita Activa.
OnlyFans reconoce en su blog oficial que iniciar una nueva empresa comercial y publicar contenido en línea siempre conlleva riesgos y como solución ofrece que, para desalentar la republicación no consensuada, es una buena idea poner una marca de agua para proteger los derechos de autor.
“No hay una política clara ni forma de fiscalizar qué tipo de contenidos están ahí y si efectivamente están bajo el consentimiento de las personas que aparecen en imágenes o videos”, agrega Alex Argüelles.
En México existen leyes, como la Ley Olimpia, que sanciona la difusión no consentida de imágenes íntimas. La traba está en que las plataformas intentan deslindar y asumir que las personas que suben contenido lo hacen de forma consensuada.
“Mientras que una persona decida vender fotos, adelante. Pero como no tenemos estas herramientas básicas de decisión sobre nuestros cuerpos, es ahí cuando todo se complica porque no conocemos lo que pasará. Lo digital es una gran complejidad social y cultural porque estamos llevando a la vida digital nuestras mismas prácticas cotidianas”, dice Angie Contreras.
La violencia digital es la misma que sucede en las calles y en las instituciones, pero ahora mediante o con el uso de plataformas en línea.
De acuerdo a la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC), la violencia contra las mujeres relacionada con la tecnología, se refiere a los actos de violencia de género cometidos instigados o agravados, en parte o totalmente, por el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), plataformas de redes sociales y correo electrónico.
Además de que causan daño psicológico y emocional, refuerzan los prejuicios, dañan la reputación, causan pérdidas económicas y plantean barreras a la participación en la vida pública y pueden conducir a formas de violencia sexual y otras formas de violencia física.
Las organizaciones SocialTIC, Luchadoras y APC, a partir de un ejercicio de documentación y acompañamiento de mujeres que viven violencia, elaboraron una tipología con 13 tipos de agresiones contra las mujeres a través de las tecnologías que reflejan la realidad mexicana y que fueron publicadas en el informe La violencia en línea contras las mujeres en México, dirigido a Dubravka Šimonović, relatora sobre Violencia contra las Mujeres de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En México, las mujeres declararon vivir ciberacoso con un porcentaje por encima del captado para hombres, en el nivel básico y medio superior según el Módulo sobre Ciberacoso 2017, único registro de carácter nacional levantado como parte de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de las TIC en Hogares.
La prevalencia de ciberacoso más alta se encuentra en los rangos de edad de 12 a 19 años y de 20 a 29 años, con poco más del 20% de los usuarios de Internet que vivieron algún tipo de ciberacoso, este porcentaje disminuye conforme aumenta la edad.
Las situaciones experimentadas con mayor frecuencia fueron recibir mensajes ofensivos (40.1%), cerca de un tercio fue contactada mediante identidades falsas (31.4%) y poco más de una cuarta parte recibió llamadas ofensivas (27.5%).
Aunque, las mujeres están más expuestas a situaciones de acoso sexual con una diferencia significativa, las insinuaciones o propuestas sexuales con 30.8% de las mujeres contra 13.1% de los hombres; y recibir fotos o videos de contenido sexual con un 23.9% versus 14.7%.
En cuanto a quienes realizan las agresiones, se identifica que un alto porcentaje son personas conocidas de poco trato o solo de vista (46.4%). Pero un porcentaje significativo refiere a personas cercanas o confianza, como Amigos(as) (32.7%) y Compañeros(as) de clase o trabajo.
En este sentido, Contreras comentó que la seguridad digital es la base para hacer uso de las plataformas para la venta de contenido sexual o erótico, pero sin un enfoque de prohibir.
“En México prohibir es igual a castigo o sanción. Necesitamos hablar del tema y las personas que decidan hacer esta práctica conozcan qué pueden hacer para estar más seguras y seguros”, dice Angie Contreras.
Pese al avance de la Ley Olimpia a nivel federal y local, las mujeres víctimas de violencia digital aún enfrentan retos para lograr el acceso a la justicia en México.
El 4 de noviembre de este año, las Comisiones Unidas para la Igualdad de Género y de Estudios Legislativos, Segunda, aprobaron la ley por unanimidad, que tipifica y sanciona el acoso, hostigamiento y difusión de contenido sexual en plataformas de internet o redes sociales, así como las agresiones en contra de las mujeres en medios de comunicación.
Las Comisiones Unidas precisaron en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia que la violencia digital es toda acción dolosa realizada mediante el uso de tecnologías de la información y la comunicación, por la que se exponga, distribuya, difunda, exhiba, transmite, comercialice, oferte, intercambie o comparta imágenes, audios o videos reales o simulados de contenido íntimo sexual de una persona sin su consentimiento, aprobación o autorización.
Olimpia Coral Melo Cruz es la activista, y fundadora del Frente Nacional para la Sororidad, que impulsó el proyecto desde 2014 en Puebla, debido a que fue víctima de violencia digital tras difundirse, sin consentimiento, un video de contenido sexual donde aparece ella.
La activista también se convirtió en la principal promotora de los cambios legales vigentes en 25 estados en el país, y que a principios de noviembre se aprobó en el Senado, sin embargo, tras la aprobación surgieron comentarios con respecto a las reformas que se propusieron a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
La organización civil R3D considera que estas presentan deficiencias y omisiones que podrían hacer inefectiva esta respuesta e incluso exponer a las víctimas a la revictimización.
“El dictamen propuesto se centra de manera exclusiva en medidas punitivas, sin evidencia de su utilidad real. De esta manera, se invisibiliza la dimensión social del fenómeno y se obstaculiza la construcción de políticas efectivas para remediarlo”, dijo R3D en un comunicado.
La organización considera que se exponen a las víctimas a la violencia institucional que sufren las mujeres por parte de las instituciones de procuración de justicia, ya que no se contemplan medidas que preparen de manera adecuada a los ministerios públicos para recibir denuncias sin revictimizar a las denunciantes, ni se contemplan medidas que permitan a las mujeres elegir el acceso a mecanismos distintos a la vía punitiva.
Las necesidades de acceso a la justicia y reparación del daño se quedan “en trámite” por tiempo indefinido en manos de las autoridades, de acuerdo con el informe ‘Justicia en trámite. El limbo de las investigaciones sobre violencia digital en México’, realizado por la organización Luchadoras.
Luchadoras, a través de solicitudes de acceso a la información, indagó sobre la implementación a nivel local de las reformas conocidas como Ley Olimpia, para conocer sobre el número de denuncias, carpetas de investigación, causas penales y sentencias en diferentes entidades del país.
La difusión de imágenes íntimas sin consentimiento es un delito reconocido en el Código Penal de 28 estados del país, y en los últimos tres años se abrieron 2,143 carpetas de investigación en 181 estados del país por el delito de difusión de imágenes íntimas sin consentimiento. El 84.46% de las víctimas fueron mujeres.
De acuerdo con el informe, el desahogo de la investigación por parte de las Fiscalías es el gran “cuello de botella”. El 83% de las carpetas siguen en trámite, algunas por más de tres años.
“Solo el 17% de las carpetas iniciadas encuentran alguna forma de conclusión a través de alternativas de justicia, algunas con potencial de representar una solución satisfactoria para las víctimas (suspensión condicional del proceso, acuerdo reparatorio o procedimiento abreviado); y otras no como el otorgamiento del perdón”, dice el informe presentado por Luchadoras el 23 de noviembre de 2020.
Pese a la apertura de plataformas digitales a comercializar contenido erótico o sexual, persisten prejucios sobre el cuerpo desnudo. Una de las personas entrevistadas para este reportaje dijo que le preocupa que alguna persona conocida se entere que usa la plataforma para generar contenido.
De acuerdo con Angie Contreras, al no tener el control absoluto de su imagen, cualquier persona puede hacer hacer una extorsión, difusión sin consentimiento o revender las imágenes y videos sin que la persona se entere. Enfatiza que los usuarios, principalmente las mujeres, difícilmente lo van a denunciar por el tema del estigma o que en dado caso llegue a oídos de sus familiares.
“Hay un tema de prejuicios y cargan con esto el resto de su vida digital. Las plataformas no brindan los requisitos indispensables de seguridad”.