23 de diciembre 2020 | 10:55 am
Editoriales forzadas a suspender publicaciones, grandes ferias convertidas en eventos virtuales, librerías locales atendiendo a puerta cerrada: el sector editorial mexicano batalla para superar los estragos económicos de la pandemia.
La venta de libros en México cayó 25.5% respecto a 2019, debido principalmente al cierre de negocios por COVID-19, según datos de la industria hasta inicios de diciembre.
El mercado mexicano es el más grande en español de Latinoamérica por producción y ventas.
Sin embargo, un cuarto del mercado ha desaparecido, de acuerdo con David Penan, director en México de Nielsen BookScan, que mide los 12 mercados más grandes del mundo.
A menos de dos semanas del cierre del año, Nielsen estima que se vendieron 18.62 millones de libros, contra 25.01 millones de 2019.
Aunque en muchos países se recurrió a la lectura durante las cuarentenas, con ventas sobresalientes en Estados Unidos, Reino Unido o Australia, no fue así en México.
“La gente ha recortado el consumo de casi todo y los libros no fueron la excepción”, señala Roberto Banchik, director general de Penguin Random House en México, una de las mayores editoriales del mundo.
A diferencia de países como España, que tras el desconfinamiento retomaron niveles de ventas previos a la crisis, en México no repuntan.
El país latinoamericano mantiene un bajo índice de lectura: 41% de los adultos leyeron un libro en 2020, frente a 46% en 2016, según el Instituto Nacional de Estadística (INEGI).
La lectura digital
El trance aceleró también el paso al comercio y los libros electrónicos, un mundo al que eran reacios editores y lectores de toda Hispanoamérica, más dados a los libros físicos.
La venta por internet y la difusión virtual del trabajo de escritores, desde lanzamientos individuales hasta ferias como la de Guadalajara -la más importante en lengua española- anuncian una transformación.
“Nos hizo avanzar muchos años. Si no hubiera sucedido esto, hubiéramos tardado todavía más en empezar a ver como alternativa la parte digital”, valora Ariana González, gerente de Almadía, editorial de escritores mexicanos como Juan Villoro y Jazmina Barrera.
Del sureño estado de Oaxaca, Almadía promovió junto con Ediciones Era y Sexto Piso una inédita recaudación de fondos entre sus clientes para pagar obligaciones.
Aunque no llegó suficiente dinero, la campaña impulsó las ventas electrónicas.
La editorial elevó también su oferta digital de 14 a 60 títulos, en un mercado que aún es minúsculo en México y que domina Amazon.
La venta de libros electrónicos representó apenas 2% del total en 2019, según la cámara editorial mexicana, CANIEM. Aún sin números disponibles para 2020, los entrevistados esperan un crecimiento “importante”.
Los más afectados del sector editorial
Pero sin con alguien se ensañó la pandemia fue con las pequeñas librerías locales ya mermadas por el poder de mercado de grandes cadenas y minoristas.
“Seguimos cerrados desde marzo y atendemos a la gente a través de cita o de una reja”, explica Claudia Bautista, dueña de la librería Hyperión en Xalapa, capital del estado de Veracruz (este).
Bautista preside la Red de Librerías Independientes (RELI), que agrupa 35 tiendas en 26 estados. “Entre la espada y la pared” por la epidemia, la RELI incursionó en el comercio electrónico con resultados aún precarios.
“O avanzábamos en ese camino o nos quedábamos fuera”, reconoce.
Desde la plataforma libreriasindependientes.com.mx, en sociedad con una gran cadena de librerías, los miembros de RELI venden sin descuentos ni envío gratuito -no tienen músculo para hacerlo-, pero a cambio ofrecen gratitud y trato personalizado.
Bautista envía en cada paquete una tarjeta de agradecimiento al comprador y “una bolsita de té para que acompañe su lectura”.
Datos de Penguin Random House apuntan a que 25% de las librerías que cerraron por el confinamiento no han reabierto.
“Sin las librerías no podríamos subsistir, nos necesitamos mutuamente”, subraya González, de la editorial Almadía.
La CANIEM confía, sin embargo, en una recuperación en 2021.
“Se está reorganizando todo el mercado. Creo que hacia el tercer trimestre podremos estar en cierta normalidad”, estima Juan Luis Arzoz, presidente de la cámara editorial.
Libreros mexicanos batallan para no dejar la página en blanco por la pandemia
AFP
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23 de diciembre 2020 | 10:55 am
Editoriales forzadas a suspender publicaciones, grandes ferias convertidas en eventos virtuales, librerías locales atendiendo a puerta cerrada: el sector editorial mexicano batalla para superar los estragos económicos de la pandemia.
La venta de libros en México cayó 25.5% respecto a 2019, debido principalmente al cierre de negocios por COVID-19, según datos de la industria hasta inicios de diciembre.
El mercado mexicano es el más grande en español de Latinoamérica por producción y ventas.
Sin embargo, un cuarto del mercado ha desaparecido, de acuerdo con David Penan, director en México de Nielsen BookScan, que mide los 12 mercados más grandes del mundo.
A menos de dos semanas del cierre del año, Nielsen estima que se vendieron 18.62 millones de libros, contra 25.01 millones de 2019.
Aunque en muchos países se recurrió a la lectura durante las cuarentenas, con ventas sobresalientes en Estados Unidos, Reino Unido o Australia, no fue así en México.
“La gente ha recortado el consumo de casi todo y los libros no fueron la excepción”, señala Roberto Banchik, director general de Penguin Random House en México, una de las mayores editoriales del mundo.
A diferencia de países como España, que tras el desconfinamiento retomaron niveles de ventas previos a la crisis, en México no repuntan.
El país latinoamericano mantiene un bajo índice de lectura: 41% de los adultos leyeron un libro en 2020, frente a 46% en 2016, según el Instituto Nacional de Estadística (INEGI).
La lectura digital
El trance aceleró también el paso al comercio y los libros electrónicos, un mundo al que eran reacios editores y lectores de toda Hispanoamérica, más dados a los libros físicos.
La venta por internet y la difusión virtual del trabajo de escritores, desde lanzamientos individuales hasta ferias como la de Guadalajara -la más importante en lengua española- anuncian una transformación.
“Nos hizo avanzar muchos años. Si no hubiera sucedido esto, hubiéramos tardado todavía más en empezar a ver como alternativa la parte digital”, valora Ariana González, gerente de Almadía, editorial de escritores mexicanos como Juan Villoro y Jazmina Barrera.
Del sureño estado de Oaxaca, Almadía promovió junto con Ediciones Era y Sexto Piso una inédita recaudación de fondos entre sus clientes para pagar obligaciones.
Aunque no llegó suficiente dinero, la campaña impulsó las ventas electrónicas.
La editorial elevó también su oferta digital de 14 a 60 títulos, en un mercado que aún es minúsculo en México y que domina Amazon.
La venta de libros electrónicos representó apenas 2% del total en 2019, según la cámara editorial mexicana, CANIEM. Aún sin números disponibles para 2020, los entrevistados esperan un crecimiento “importante”.
Los más afectados del sector editorial
Pero sin con alguien se ensañó la pandemia fue con las pequeñas librerías locales ya mermadas por el poder de mercado de grandes cadenas y minoristas.
“Seguimos cerrados desde marzo y atendemos a la gente a través de cita o de una reja”, explica Claudia Bautista, dueña de la librería Hyperión en Xalapa, capital del estado de Veracruz (este).
Bautista preside la Red de Librerías Independientes (RELI), que agrupa 35 tiendas en 26 estados. “Entre la espada y la pared” por la epidemia, la RELI incursionó en el comercio electrónico con resultados aún precarios.
“O avanzábamos en ese camino o nos quedábamos fuera”, reconoce.
Desde la plataforma libreriasindependientes.com.mx, en sociedad con una gran cadena de librerías, los miembros de RELI venden sin descuentos ni envío gratuito -no tienen músculo para hacerlo-, pero a cambio ofrecen gratitud y trato personalizado.
Bautista envía en cada paquete una tarjeta de agradecimiento al comprador y “una bolsita de té para que acompañe su lectura”.
Datos de Penguin Random House apuntan a que 25% de las librerías que cerraron por el confinamiento no han reabierto.
“Sin las librerías no podríamos subsistir, nos necesitamos mutuamente”, subraya González, de la editorial Almadía.
La CANIEM confía, sin embargo, en una recuperación en 2021.
“Se está reorganizando todo el mercado. Creo que hacia el tercer trimestre podremos estar en cierta normalidad”, estima Juan Luis Arzoz, presidente de la cámara editorial.
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AFP
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