Llegó el momento del año en que se vive la fiesta comercial más grande e importante del país: el Buen Fin. Un evento que representará el último “empujoncito” del gobierno federal para ayudar a la economía mexicana a dar un brinco de 6.3%.

El panorama luce más alentador que en 2020; sin embargo, esta décimo primera edición no será ajena al posible desabasto que se presente en las cadenas de suministros a nivel mundial; así como una incesante alza en la inflación y en las tasas de interés.

Los 130,000 negocios que participen en esta feria de ofertas y promociones tendrán como principal aliado el e-commerce, no solo para aumentar sus ventas, sino para evitar grandes aglomeraciones en un país donde al 4 de noviembre se ha vacunado el 84% de la población mayor de 18 años.

¿Podrá el Buen Fin dar ese ‘empujoncito’ a la economía?¿Cómo está la percepción de los consumidores con una alta inflación y créditos caros? ¿Habrá desabasto de productos? ¿Qué empresas serán las ganadoras?

La décimo primera edición del Buen Fin será la última carta para impulsar el consumo y llevar a su punto máximo a la economía mexicana en lo que queda de este año. 

El escenario es el siguiente: tras una baja base de comparación, la economía presentó un impactante repunte de 19.6% anual en el segundo trimestre del año y otro en menor medida de 4.6% en el tercer trimestre.

El Buen Fin llega justo en el momento importante para lograr que este cuarto trimestre del año implique un nuevo impulso a la reactivación económica para lograr las tasas de crecimiento que se habían programado, dijo en entrevista Jesús Cantú, titular de la unidad de normalización, competitividad y competencia de la Secretaría de Economía. 

La Secretaría de Hacienda proyecta que la economía cierre el año con un avance de 6.3% y para lograrlo tendría que crecer 6.58% en el último trimestre del año, siendo la mayor apuesta el consumo, el cual aporta más del 60% del PIB. 

Desde la primera edición del Buen Fin en 2011, las ventas se superan cada año. De hecho, pese al confinamiento que se vivió en 2020, las ventas ascendieron a 238,900 millones de pesos y para este 2021 se espera que las ventas rebasen los 239,000 millones de pesos, de acuerdo con la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo.

Para el subdirector de análisis económico de CI Banco, James Salazar, este evento de ofertas y promociones sí representa una oportunidad para alcanzar un rebote del PIB superior al 6%.

“Este Buen Fin es una de las últimas oportunidades en términos de motor interno, de consumo privado para tratar de consolidar que el rebote económico sea alrededor del 6% o ligeramente por arriba”, señaló Salazar.

Análisis CEO calcula que en términos absolutos, la economía necesita un alza de 1.65 billones de pesos del PIB entre el tercer y el cuarto trimestre de este año para alcanzar la meta de PIB de 6.3%. Es decir, la economía debe crecer 6.58% en el cuarto trimestre. 

El consumo privado contribuye, del lado de la demanda agregada, 64.6% del PIB, con lo que las ventas estimadas para el Buen Fin aportarían una tercera parte del flujo de recursos que se presenten en consumo, ya que se podría cuadruplicar el consumo privado en los siete días que dure el evento.

Eduardo García platicó a EL CEO que comprará en el Buen Fin una computadora y una cámara fotográfica. Comentó que buscará adquirirlos a meses sin intereses para no desembolsar una gran cantidad de dinero en una sola exhibición. 

En tanto, César Matías piensa comprar un iPad, que pagará con su tarjeta de débito y Mónica Hernández planea comprar una Alexa, el asistente virtual de Amazon, y productos de cuidado para la piel; también pagará con su tarjeta de débito.

Si bien Eduardo, César y Mónica esperan hacer compras en el Buen Fin, el Indicador de Confianza del Consumidor muestra que en general, el optimismo de los mexicanos descendió ligeramente de  23.4 en septiembre a 23.2 en octubre, en el rubro que se refiere a la posibilidad de realizar la compra de muebles, televisor, lavadora u otros aparatos electrodomésticos.

Desde junio de este año, el banco central del país (Banxico) ha elevado la tasa de referencia de 4% a 4.75%, frente a una incesante inflación al alza, la cual se estima cierre en 6.63%, según una encuesta del ente monetario. 

Estos elementos podrían ‘asustar’ a los consumidores al momento de adquirir un producto, pues podrían observar pocas ofertas o bien, un financiamiento que no se adecue a sus bolsillos. 

Con esta alza y que los bancos cobran altas tasas de interés respecto a las que ofrecen en Estados Unidos y Canadá, el consumo se puede inhibir en este Buen Fin, dijo Agustín Bendreff Desilus, académico de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle.

Los bancos cobran altas tasas porque saben que de 20 a 30% de los clientes no pagan las deudas que adquieren con crédito. El problema es que hasta los buenos pagadores tienen el mismo nivel de tasa, lo que provoca que no se animen a comprar más con crédito y ayuden a la demanda agregada al comprar casas, coches o bienes de consumo duradero, comentó.

La tasa de interés que cobran los bancos incluye su margen de ganancia y una proporción para cubrir las pérdidas generadas por créditos incobrables, ya que con ello garantizan los niveles de solvencia que pide su regulación.

Eduardo, César y Mónica consideran que tienen un buen manejo sobre sus finanzas y que antes del Buen Fin han estado evaluando los precios de los productos que desean comprar y han evaluado qué compras podrían hacer con crédito.

Si hubiera algo que me guste y que la promoción o el descuento  valga la pena, lo mandaría a la tarjeta de crédito, pero necesitaría saber que sí está valiendo la pena la compra, mencionó Mónica. 

En la edición del Buen Fin del 2020, el 34.8% de las compras se realizaron con tarjetas de débito, mientras que 33.9% se pagaron con créditos al consumo (tarjetas de crédito bancarias, tarjetas de crédito departamentales y préstamos Fonacot). 

Otro 31.2% se pagó en efectivo, según datos proporcionados por el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

El índice de morosidad ajustado (Imora) del sector bancario mexicano es el indicador más cercano del retraso de pago de las personas. A septiembre del 2021, el Imora fue de 14.99%, lo que significó una reducción respecto de agosto, cuando se ubicó en 15.28%. 

“El Buen Fin favorece a la economía nacional porque es una derrama agregada de dinero, pero al mismo tiempo es una alerta para que la gente no gaste más de lo que tiene”, mencionó Bendreff Desilus.

Julia Sánchez es una de las personas que espera la nueva edición del Buen Fin para poder planear sus vacaciones del 2022 y armar un plan de viaje con reservación de hoteles y vuelos para pagar a meses sin intereses.

No obstante, Leonardo Almaraz, gerente de recepción del hotel Aloft de Cancún, Quintana Roo, dijo que las ventas del Buen Fin no suelen ser las más altas del establecimiento, pues las mejores temporadas son las vacaciones de verano y el fin de año.

“En general no hay descuentos fuertes y eso baja la expectativa de las personas que quieren comprar en el Buen Fin (para vacacionar). Sin embargo, la gente comienza a tener confianza para viajar (luego de la pandemia) y eso podría apoyar la recuperación del sector hotelero”, comentó.

Jesús Cantú, titular de la unidad de normalización, competitividad y competencia de la Secretaría de Economía, comentó que los 130,000 negocios participantes en el Buen Fin aseguran que no habrá un desabasto ante los problemas que han vivido las cadenas de suministro. Sin embargo, habrá sectores que sí presenten ciertos problemas en la entrega de productos. 

“Seguramente en algunos sectores como el automotriz lo que sucederá eventualmente es que se establecerán compromisos de entrega adecuados a lo que están viviendo las propias agencias, pero no se tiene la perspectiva de que represente un problema”.

Durante octubre se comercializaron 76,640 unidades, la menor cantidad desde julio del año pasado, y al hacer la comparación para un mismo mes, fue su peor dato desde 2009, cuando se vendieron 67,882 autos que de igual forma se daba en el contexto de la crisis hipotecaria que surgió en Estados Unidos.

Alejandro Joloy, director comercial de RedLemon Technology, alertó sobre la falta de contenedores, buques y transportistas para llegar a puerto, lo que ha resultado en un incremento en el precio de los contenedores que pasó de los 4,500 dólares en enero de 2020 a los 17,000 dólares actualmente debido a la disrupción de la cadena de suministro. 

De hecho, se espera que sea hasta 2023 cuando se normalice por completo la cadena de suministro. 

“Sí ha sido un reto mantener niveles óptimos de inventario, costeo y precio razonable, porque aunque la demanda incremente, la economía de México no es la mejor y definitivamente un incremento en los precios significa un decremento en las ventas”.

Para el caso de los supermercados, destaca el hecho de Walmart, pues si bien no participará otra vez en el Buen Fin, saldrá mejor parada que La Comer, Soriana y Chedraui, especialmente porque llevará a cabo su ‘Fin Irresistible’, comentó Amín Vera, director de análisis económico de Black WallStreet Capital.

Más del 90% de lo que vende Walmart en sus tiendas lo consigue a través de intermediarios locales, a diferencia de los otros supermercados que lo importan directamente desde Asia, agregó el especialista. 

Debido a los cuellos de botella, Chedraui dijo que puede llegar a tener hasta 40% menos de la mercancía que necesitaría para cubrir una demanda como la que tienen prevista para el Buen Fin, particularmente en productos como tecnología y ropa deportiva, algo similar a las proyecciones de La Comer y Soriana.

En el caso de las tiendas departamentales, los problemas de suministro no les afectarán en esta temporada, pues se anticiparon con mecanismos de solicitud que le permitirá contrarrestar la poca oferta; sin embargo, podrían experimentar problemas en 2022.

“Hay dos factores: uno que adelantaron pedidos, pero también, como había producto que no salió por el rezago del año anterior, en inventario tienen stock que les sirve”, mencionó Marisol Huerta, analista de consumo de Grupo Financiero Ve por Más (Bx+).

En medio de la recuperación del consumo y el empleo, las tiendas departamentales y compañías del sector aéreo que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) serán las más beneficiadas en la edición del Buen Fin de este año.

Liverpool y Grupo Carso, que opera Sanborns, tendrán los crecimientos más altos en ventas entre las empresas de consumo de la BMV en el cuarto trimestre, gracias a que se espera una mayor afluencia de personas en centros comerciales, las ventas por la temporada navideña y una mayor demanda online.

“Liverpool ha recibido un impulso muy importante por la reactivación, a esto se suma que habrá más compras en tiendas físicas en el Buen Fin, pero también va a recibir un incremento importante en lo que pueda colocar en internet. Otro es Grupo Carso porque incluye las métricas de Sanborns”, dijo Vera.

Las ventas en línea de Liverpool y Sanborns fueron positivas en el trimestre pasado, a pesar de la eliminación de medidas de restricción social. En el caso de Liverpool representaron más de 20% del total de ingresos en el periodo julio-septiembre, mientras que las de Sanborns crecieron 300% anual.

En tanto, Volaris y los grupos aeroportuarios alcanzaron niveles de tráfico previos a la emergencia sanitaria y en este Buen Fin se espera que los mexicanos aprovechen los pagos diferidos de vuelos para comprar sus próximas vacaciones, lo que se reflejará en sus próximos estados financieros.

El principal aliado del Buen Fin serán las ventas en línea; de las 238,900 millones de pesos que se registraron en ventas en el Buen Fin de 2020, el 15.2% fueron online, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO).

AMVO revela que 2 de cada 10 compradores adquirieron por primera vez durante la décima edición del Buen Fin y 42% lo hizo por primera vez a través del canal digital. Además, casi 9 de cada 10 compradores se sintieron seguros al comprar por Internet, mientras que 74% se sintieron seguros al comprar en tiendas físicas

Sin embargo, el aumento de la demanda del e-commerce evidenció que muchos negocios no están preparados en la logística, al no tener accesos a los inventarios existentes, aseguró Daniel de Palacio, jefe de Marketing empresarial para Adobe Latam.

“El e-commerce creció y reflejó un rezago natural. Hasta antes de la pandemia, había otros países más digitalizados que México respecto a e-commerce o delivery, lo que obedecía a un rezago tecnológico por parte de las marcas y a una resistencia por parte de los consumidores”, dijo Palacio.

Francisco Alatorre, Country Manager de Linio en México, expuso que la plataforma se preparó a través de proyecciones del tipo de producto, del precio e inventario para satisfacer a clientes, y una vez cubierto esto se lleva a cabo la coordinación en almacenes y operadores para cubrir la demanda.

“Nos preparamos comercialmente, debemos conocer las tendencias; normalmente la gente busca electrónica (…) nos hacemos de estos productos a través de los distintos formatos de negocios que tenemos y también buscamos que nuestro precio sea competitivo”, dijo Francisco Alatorre, Country Manager de Linio en México.

Alatorre reconoce que ante un volumen de ventas importante, los tiempos de entrega son más amplios, lo cual representará un reto para las plataformas que venden en línea, donde entran en acción diversas personas que se traduce en personas con empleo.

Si bien se está dando una sinergia entre el canal físico y el canal digital, uno de los principales temores de los clientes al comprar por e-commerce es el riesgo de ser víctima de fraude. 

“Esto ha llevado a que las marcas y las empresas de servicios financieros se esfuercen mucho más en buscar nuevos mecanismos de formas de pago como tarjetas digitales, Paypal u otros canales, que si bien siguen siendo una barrera, ya se está solventando”, dijo Víctor Luis de Accenture, vicepresidente de Comercio Electrónico de la Asociación de Internet Mx. 

La Asociación de Internet Mx y la Secretaría de Economía tienen grandes expectativas sobre el impacto que va a tener esta edición del Buen Fin en la economía no solo de las familias, sino en el impacto positivo de acceder a bienes, ofertas, servicios, bienes de consumo que pueden estar en una promoción. 

Víctor Luis asegura que las empresas están apalancando muchas de sus expectativas de venta para este periodo que empieza en noviembre y que termina con la temporada navideña y Reyes Magos, de la que se tiene una expectativa de un crecimiento de alrededor de un 15% comparado con las ventas del año pasado.

El Buen Fin llega en un momento en que la economía mundial busca retomar lo antes posible la normalidad, pero los cuellos de botella en las cadenas de suministro, la inflación y el alza en las tasas de interés complican este retorno. 

Los mexicanos serán los que definirán si están dispuestos a gastar y darle un “empujón” a la economía o bien, mantenerse cautelosos y esperar a un mejor escenario para el 2022. 

Reporteros: Miguel Moscosa, Jessika Becerra, Mario Gámez e Itzel Castañares |  Editora: Elizabeth Albarrán  |   Diseñador: Cristian Laris