25 de julio 2022 | 5:00 am

Un nuevo término empieza a ocupar un lugar dentro del análisis de la actividad y que parece acechar a la economía mexicana y a otras más: la infesión.

Esta palabra hace referencia a una desaceleración en el crecimiento económico y una inflación que si bien repunta, no lo hace a un ritmo de doble dígito, fenómeno que es más conocido en la teoría económica como ‘estanflación’.

Además, cuando sucede un periodo de estanflación, se observan altas tasas de desempleo, algo que en la economía mexicana o la estadounidense no existe actualmente ni hay señales para alcanzarlas.

Infesión es la combinación de ‘inflación’ y ‘recesión’ (inflation y recession en inglés). Yo le llamaría  ‘estanflación light’, pero la creatividad de los participantes de los mercados financieros me rebasó

escribió en su columna para El Financiero, el economista en jefe para Latinoamérica de Barclays, Gabriel Casillas

Incluso, el subgobernador de Banco de México (Banxico), Jonathan Heath, dijo hace unos meses que la economía del país estaba en el umbral de una estanflación, donde la inflación tuvo como revulsivo el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y la actividad se vio frenada desde el cierre del año pasado.

Estamos ante el umbral de cualquier empuje y una economía totalmente estancada con una inflación que no cede, una estanflación. Es un escenario muy difícil, con mucho riesgo y muchos retos

dijo Heath en marzo

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¿Cómo está la economía mexicana hacia la ‘infesión’?

Hasta la primera quincena de julio, la inflación general se ubicó en 8.16%, su nivel más alto desde el 2000, según datos del INEGI.

Banxico prevé que durante este tercer trimestre la inflación toque su punto más alto y promedie 8.1% y hacia el cierre de este año oscile el 7.5%, por lo que se descarta, de momento, tasas de inflación por encima de 10%.

Para nuestro país, crecen las probabilidades de que la inflación se ubique arriba de 8.00% al cierre de año y si vuelve a haber alguna desviación en el dato de la segunda quincena, será inevitable que las expectativas sufran revisiones por encima de este nivel

dijo Monex en un análisis.

La institución financiera precisó que el riesgo empieza a transitar hacia plazos temporales más largos y es posible que los estimados para cierre de 2023 (4.50%) y mediano plazo (3.70%) comiencen a tener deterioros más significativos.

¿Y el PIB?

Respecto a las expectativas de crecimiento económico, estas al inicio de año fueron recortándose, pero recientemente se han mantenido sin cambios.

Por ejemplo, los analistas consultados por el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) prevén un repunte de 1.8% este 2022. De igual forma, los especialistas encuestados por Banxico anticipan un crecimiento de 1.8% este año.

Al considerar los resultados en algunos indicadores, las perspectivas de crecimiento de este año se han estabilizado, pero para 2023 se prevé debilidad ante los grandes retos del entorno global y la falta de un ambiente propicio para los negocios

dijo el IMEF

De esta forma es como ambos indicadores dan lugar a la infesión, en la que los bancos centrales intentan contener la aceleración de los precios, pese a que eso signifique un freno a la actividad, pues de no hacerlo se podría pasar de la infesión a la estanflación.

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