La primera ministra conservadora británica, Liz Truss, lucha por su supervivencia política, tras la humillante supresión de sus medidas económicas por un nuevo ministro de Finanzas dotado de inmenso poder en un intento de estabilizar los mercados.
Es difícil concebir una crisis política y económica más grave en los últimos tiempos que la que afronta ahora el Reino Unido
afirmaba en un editorial el diario conservador Daily Telegraph.
Truss se enfrenta a “la ignominia”, agregaba, de convertirse en el jefe de gobierno que menos tiempo ha estado en el cargo en la historia moderna del Reino Unido, a menos que los diputados rebeldes de su Partido Conservador le den un respiro.
Eso era precisamente lo que intentaba lograr el martes, empezando por una reunión con su consejo de ministros y la preparación para su comparecencia parlamentaria de los miércoles que esta semana será crucial.
Leer más: Inflación y libra esterlina, los retos de Liz Truss
Truss manda a ministra a responder preguntar
El lunes, Truss fue muy duramente criticada por enviar a su ministra de Relaciones Parlamentarias -y excandidata a primera ministra- Penny Mordaunt a responder las preguntas de la oposición tras la humillante aniquilación de su “plan de crecimiento”.
¿Dónde está la primera ministra? Se esconde, evita las preguntas, aterrorizada por su propia sombra
acusó el líder del Partido Laborista, Keir Starmer.
La jefa de gobierno, de 47 años, acabó apareciendo, brevemente, pero solo para permanecer sentada y silenciosa pese a los ataques con una sonrisa forzada y una mirada ausente.
Después se reunió en privado con responsables del poderoso Comité 1922, que gestiona el grupo parlamentario conservador, para intentar convencerles de que sigue siendo apta para el cargo, aunque ya no tenga ningún poder, ya que todo reside ahora en las manos del nuevo ministro de Finanzas, Jeremy Hunt.
Seguir en el puesto
Las normas del Partido Conservador británico protegen a cualquier nuevo líder de un voto de censura interno en los primeros 12 meses de su mandato.
Sin embargo, el creciente descontento tras el primer mes y medio de Truss podría llevar a este grupo a cambiar las reglas si no logran que dimita por sí misma.
El lunes por la noche, en una entrevista con la BBC, la primera ministra aseguró “lamentar” los “errores” cometidos con su plan económico ultraliberal.
Este combinaba importantes ayudas públicas para pagar las disparadas facturas energéticas y drásticas reducciones de impuestos, sin nada para financiarlo más que engordar la ya muy abultada deuda pública británica, lo que causó gran desasosiego en los mercados financieros.
Nombrado el viernes de urgencia en sustitución de Kwasi Kwarteng -político ultraliberal y gran amigo de Truss-, Hunt anunció el lunes la supresión de “casi todas” esas medidas en un intento por calmar el desplome de la libra y la subida de las tasas de interés de la deuda pública.
Pese a todo, Truss se declaró determinada a “seguir en el puesto para cumplir con los compromisos por el interés nacional”.
Elecciones generales serían hasta finales de 2024
Las próximas elecciones generales están previstas a finales de 2024 y es poco probable que los conservadores empujen al gobierno a adelantarlas porque su partido las perdería estrepitosamente contra la oposición izquierdista, con enorme ventaja en las encuestas.
Miraré las encuestas cuando nos acerquemos a las legislativas. Ahora no hay elecciones generales, no creo que vaya a haberlas antes de 2024. Cuando la gente vea que nuestro plan funciona para protegerles a ellos, a sus hogares y a su familia, espero y creo que vendrán a apoyarnos
dijo el martes el presidente del Partido Conservador, Jake Berry, a Times Radio.
Mientras tanto, en la bancada de la derecha corren ya las listas de posibles candidatos para reemplazar a Truss, cuarto jefe de gobierno conservador desde 2016, nombrada el 6 de septiembre para sustituir al controvertido Boris Johnson.
Con información de AFP
Liz Truss, la primera ministra británica, lucha por mantenerse en el cargo
Pool CEO
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18 de octubre 2022 | 8:09 am
La primera ministra conservadora británica, Liz Truss, lucha por su supervivencia política, tras la humillante supresión de sus medidas económicas por un nuevo ministro de Finanzas dotado de inmenso poder en un intento de estabilizar los mercados.
afirmaba en un editorial el diario conservador Daily Telegraph.
Truss se enfrenta a “la ignominia”, agregaba, de convertirse en el jefe de gobierno que menos tiempo ha estado en el cargo en la historia moderna del Reino Unido, a menos que los diputados rebeldes de su Partido Conservador le den un respiro.
Eso era precisamente lo que intentaba lograr el martes, empezando por una reunión con su consejo de ministros y la preparación para su comparecencia parlamentaria de los miércoles que esta semana será crucial.
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Truss manda a ministra a responder preguntar
El lunes, Truss fue muy duramente criticada por enviar a su ministra de Relaciones Parlamentarias -y excandidata a primera ministra- Penny Mordaunt a responder las preguntas de la oposición tras la humillante aniquilación de su “plan de crecimiento”.
acusó el líder del Partido Laborista, Keir Starmer.
La jefa de gobierno, de 47 años, acabó apareciendo, brevemente, pero solo para permanecer sentada y silenciosa pese a los ataques con una sonrisa forzada y una mirada ausente.
Después se reunió en privado con responsables del poderoso Comité 1922, que gestiona el grupo parlamentario conservador, para intentar convencerles de que sigue siendo apta para el cargo, aunque ya no tenga ningún poder, ya que todo reside ahora en las manos del nuevo ministro de Finanzas, Jeremy Hunt.
Seguir en el puesto
Las normas del Partido Conservador británico protegen a cualquier nuevo líder de un voto de censura interno en los primeros 12 meses de su mandato.
Sin embargo, el creciente descontento tras el primer mes y medio de Truss podría llevar a este grupo a cambiar las reglas si no logran que dimita por sí misma.
El lunes por la noche, en una entrevista con la BBC, la primera ministra aseguró “lamentar” los “errores” cometidos con su plan económico ultraliberal.
Este combinaba importantes ayudas públicas para pagar las disparadas facturas energéticas y drásticas reducciones de impuestos, sin nada para financiarlo más que engordar la ya muy abultada deuda pública británica, lo que causó gran desasosiego en los mercados financieros.
Nombrado el viernes de urgencia en sustitución de Kwasi Kwarteng -político ultraliberal y gran amigo de Truss-, Hunt anunció el lunes la supresión de “casi todas” esas medidas en un intento por calmar el desplome de la libra y la subida de las tasas de interés de la deuda pública.
Pese a todo, Truss se declaró determinada a “seguir en el puesto para cumplir con los compromisos por el interés nacional”.
Elecciones generales serían hasta finales de 2024
Las próximas elecciones generales están previstas a finales de 2024 y es poco probable que los conservadores empujen al gobierno a adelantarlas porque su partido las perdería estrepitosamente contra la oposición izquierdista, con enorme ventaja en las encuestas.
dijo el martes el presidente del Partido Conservador, Jake Berry, a Times Radio.
Mientras tanto, en la bancada de la derecha corren ya las listas de posibles candidatos para reemplazar a Truss, cuarto jefe de gobierno conservador desde 2016, nombrada el 6 de septiembre para sustituir al controvertido Boris Johnson.
Con información de AFP
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