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Para Andrés Manuel López Obrador, el fracaso del modelo neoliberal en México ha sido inminente, por lo que una de las constantes en los primeros 100 días de su gobierno ha sido señalar las fallas de este modelo económico.
En los últimos 24 años, la economía creció 2.5% anual en promedio. En tanto, al cierre de 2016, 43.6% de la población mexicana, es decir, 53.4 millones de personas vivían en la pobreza. En 1994 la cifra era de 52 millones, según cifras de INEGI y el Coneval.
En México fue con el gobierno de Miguel de la Madrid (1982-1988) cuando el modelo neoliberal cobró relevancia. Desde entonces y hasta el 26 de octubre de 2018, el poder adquisitivo acumuló una pérdida de 88.71%, de acuerdo con un reporte del Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM.
“A ver, los defensores de esa política que salgan a argumentar por qué debemos de seguir con lo mismo, ¿dónde están los beneficios?, ¿en qué se ha beneficiado el pueblo? Entonces, poco a poco se tiene que ir entendiendo de que hay otra opción, hay otra alternativa”, añadió López Obrador.
En el libro ‘Historia mínima del neoliberalismo’, el sociólogo Fernando Escalante, dice que la diferencia entre el neoliberalismo y el liberalismo clásico resulta de la convicción de que el mercado no surge de manera espontánea ni se sostiene por sí solo, sino que tiene que ser creado, apuntalado, defendido por el Estado.
Esto quiere decir que los neoliberales no pretenden eliminar al Estado, sino transformarlo de modo que expanda la lógica del mercado, por lo que necesitan un nuevo Estado, a veces uno más fuerte, pero con otros fines.
Por su parte, López Obrador apunta a fortalecer el papel del Estado en los temas económicos, aunque también ha enfatizado que requiere de la ayuda del sector privado.
En este sentido, como presidente electo respaldó los esfuerzos del gobierno de Peña Nieto para renegociar el Tratado de libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y su negociador, Jesús Seade, fue clave para conseguir un nuevo acuerdo.
El presidente también ha enviado señales confusas a los inversionistas, quienes han optado por detener sus estrategias en el país. En particular, la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco sembró dudas en torno al futuro de las políticas públicas del nuevo gobierno.
De acuerdo con datos del Banco de México, en el último trimestre de 2018 la inversión extranjera directa en México (IED) sumó 5,029 millones de dólares, frente a los 5,104 millones de dólares del trimestre anterior.
Mientras que hasta ahora ha sido López Obrador quien ha salido a responder los cuestionamientos respecto a la degradación en la perspectiva de la calificación crediticia de México y Pemex por parte de Fitch y Standard & Poor’s.
Por su parte, el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, ha optado por mantener un perfil bajo y sólo comentar que “no hay que hacer una tormenta en un vaso de agua”.
Por lo pronto las cuentas fiscales han sido prudentes y Hacienda se comprometió a lograr un superávit primario de 1% del PIB este año.
Carmen Luna
Oscar Obregón
Daniel Vizcarra