31 de mayo 2020 | 5:00 am
Los millones salen hasta debajo de las piedras desde el inicio de la pandemia del coronavirus y los Estados recurren al endeudamiento para sostener sus economías. ¿Pero cuáles serán las consecuencias?
¿Por qué los Estados se endeudan?
Para enfrentar la brutal recesión económica, consecuencia de las medidas de confinamiento por la pandemia de coronavirus, la mayoría de los Estados gastan sin mirar: desempleo parcial, rescates de empresas en peligro de quiebra e incluso planes de reactivación. Para financiar estos excesos presupuestarios colosales sólo hay una solución: la deuda, herramienta tradicional contra la recesión.
Los países de la zona euro o Estados Unidos han encontrado en los mercados un financimianto en condiciones muy favorables, gracias a políticas activas de sus bancos centrales, que garantizan tasas muy bajas tranquilizando a los inversores.
También hay otros, como el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que se resiste a recurrir al endeudamiento público para solventar el deterioro económico ocasionado por la pandemia de coronavirus.
¿Es un problema?
Las opiniones divergen. La OCDE calcula que el índice de endeudamiento de sus 38 miembros superaría el 101% de 2011, durante la crisis financiera. Su secretario general, Ángel Gurría, se inquieta: “intentamos despegar cuando ya tenemos muchas deudas y vamos a añadir más”, advirtió durante un debate organizado por el Financial Times.
La banca Natixis, en cambio, considera “inútil” este debate. “No hay problema de endeudamiento público”, señaló en una nota, subrayando que los Estados “pueden financiarlo a largo plazo con tasas muy bajas”.
“La cuestión es utilizar este dinero acertadamente”, indicó Radu Vranceanu, profesor de economía. En su opinión, los Estados no deben endeudarse para “salvar empresas moribundas” o financiar pagos de seguro por desempleo de grupos que no lo necesitan.
¿Los países son iguales frente a la deuda?
Para nada. Argentina acaba de caer en ‘default’ con un índice de endeudamiento del 90% del PIB, muy inferior a los de Francia, Italia o Japón (récord, con el 240% en 2019).
“Es una cuestión de confianza”, explica Vranceanu. “Al vencimiento de una deuda, un Estado debe encontrar inversores para renovarla. Si no confían en su gobierno o el porvenir del país, el Estado puede caer en ‘default’ incluso con sólo 30% de endeudamiento”.
En la zona euro, la proporción de deuda pública respecto al PIB de la región pasaría del 86% en 2019 a casi 103% en 2020. Muy lejos del límite del 60%, suspendido por la pandemia. El BCE advirtió el martes que la explosión de la deuda podría “reavivar las preocupaciones” sobre algunos países. Los mercados podrían ignorar los bonos emitidos por países considerados frágiles.
¿La solución es la deuda perpetua?
En particular, España propuso para financiar la reactivación europea un plan que exige el pago de los intereses pero no el reembolso del monto total.
Muchos se oponen a esta solución. De hecho, la deuda perpetua ya existe, según Vranceanu, puesto que hay países que la refinancian al vencimiento pagando solo los intereses.
Los inversores brindan préstamos perpetuos pero con intereses muy elevados.
¿Cómo reducir el endeudamiento?
Hay dos opciones: jugar con el ‘stock’ de deuda o con el crecimiento.
Alemania, por ejemplo, optó por el rigor en los últimos años conteniendo el gasto público. Francia, en cambio, apuesta por la recuperación de la actividad, dado que el índice de endeudamiento disminuye si aumenta el PIB.
¿Y si se anulase la deuda?
Hasta ahora sólo se ha practicado con los países más pobres. A comienzos de los años 2000, se aplicó a países africanos, pero también podría hacerse con los desarrollados.
Varios economistas proponen esta medida y hay quienes se oponen advierten que “esto empobrecería al patrimonio colectivo.
¿Hasta qué punto es buena idea el endudamiento para reactivar una economía?
AFP
Comparte
31 de mayo 2020 | 5:00 am
Los millones salen hasta debajo de las piedras desde el inicio de la pandemia del coronavirus y los Estados recurren al endeudamiento para sostener sus economías. ¿Pero cuáles serán las consecuencias?
¿Por qué los Estados se endeudan?
Para enfrentar la brutal recesión económica, consecuencia de las medidas de confinamiento por la pandemia de coronavirus, la mayoría de los Estados gastan sin mirar: desempleo parcial, rescates de empresas en peligro de quiebra e incluso planes de reactivación. Para financiar estos excesos presupuestarios colosales sólo hay una solución: la deuda, herramienta tradicional contra la recesión.
Los países de la zona euro o Estados Unidos han encontrado en los mercados un financimianto en condiciones muy favorables, gracias a políticas activas de sus bancos centrales, que garantizan tasas muy bajas tranquilizando a los inversores.
También hay otros, como el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que se resiste a recurrir al endeudamiento público para solventar el deterioro económico ocasionado por la pandemia de coronavirus.
¿Es un problema?
Las opiniones divergen. La OCDE calcula que el índice de endeudamiento de sus 38 miembros superaría el 101% de 2011, durante la crisis financiera. Su secretario general, Ángel Gurría, se inquieta: “intentamos despegar cuando ya tenemos muchas deudas y vamos a añadir más”, advirtió durante un debate organizado por el Financial Times.
La banca Natixis, en cambio, considera “inútil” este debate. “No hay problema de endeudamiento público”, señaló en una nota, subrayando que los Estados “pueden financiarlo a largo plazo con tasas muy bajas”.
“La cuestión es utilizar este dinero acertadamente”, indicó Radu Vranceanu, profesor de economía. En su opinión, los Estados no deben endeudarse para “salvar empresas moribundas” o financiar pagos de seguro por desempleo de grupos que no lo necesitan.
¿Los países son iguales frente a la deuda?
Para nada. Argentina acaba de caer en ‘default’ con un índice de endeudamiento del 90% del PIB, muy inferior a los de Francia, Italia o Japón (récord, con el 240% en 2019).
“Es una cuestión de confianza”, explica Vranceanu. “Al vencimiento de una deuda, un Estado debe encontrar inversores para renovarla. Si no confían en su gobierno o el porvenir del país, el Estado puede caer en ‘default’ incluso con sólo 30% de endeudamiento”.
En la zona euro, la proporción de deuda pública respecto al PIB de la región pasaría del 86% en 2019 a casi 103% en 2020. Muy lejos del límite del 60%, suspendido por la pandemia. El BCE advirtió el martes que la explosión de la deuda podría “reavivar las preocupaciones” sobre algunos países. Los mercados podrían ignorar los bonos emitidos por países considerados frágiles.
¿La solución es la deuda perpetua?
En particular, España propuso para financiar la reactivación europea un plan que exige el pago de los intereses pero no el reembolso del monto total.
Muchos se oponen a esta solución. De hecho, la deuda perpetua ya existe, según Vranceanu, puesto que hay países que la refinancian al vencimiento pagando solo los intereses.
Los inversores brindan préstamos perpetuos pero con intereses muy elevados.
¿Cómo reducir el endeudamiento?
Hay dos opciones: jugar con el ‘stock’ de deuda o con el crecimiento.
Alemania, por ejemplo, optó por el rigor en los últimos años conteniendo el gasto público. Francia, en cambio, apuesta por la recuperación de la actividad, dado que el índice de endeudamiento disminuye si aumenta el PIB.
¿Y si se anulase la deuda?
Hasta ahora sólo se ha practicado con los países más pobres. A comienzos de los años 2000, se aplicó a países africanos, pero también podría hacerse con los desarrollados.
Varios economistas proponen esta medida y hay quienes se oponen advierten que “esto empobrecería al patrimonio colectivo.
Comparte
AFP
Comparte
Mercado laboral aún tiene pendientes: 60.6% de los trabajadores no tiene acceso al sector salud
El desabasto de agua podría impactar en la actividad económica y la calidad de vida de los mexicanos
Ingresos públicos caen 3.1% durante el primer cuatrimestre del 2023: SHCP