Tu mensaje ha sido enviado.
Un miembro del equipo te escribirá pronto.
¡BIENVENIDO A LA
COMUNIDAD DE EL CEO!
Pronto nos leerás cada mañana
Como hace 84 años con la expropiación petrolera, AMLO busca con la propuesta de reforma eléctrica que presentó al Congreso de la Unión, que el Estado tenga la exclusividad sobre la extracción y exploración del litio, a pesar de que el país carece del capital y de la experiencia técnica para el desarrollo de esta industria.
Análisis CEO recopiló información sobre cuánto tardó el país en obtener beneficios del petróleo una vez que se expropió en 1938 y la situación en la que se encuentra actualmente la industria. Esto, con el fin de dimensionar qué futuro se podría avizorar sobre el litio y qué tan benéfico podría ser para el país.
El litio es un mineral que se utiliza para almacenar energía y hacer baterías, las cuales se usan cada vez más para celulares, tabletas, gadgets y autos eléctricos.
“El litio es un material muy abundante en la naturaleza, pero es difícil y costoso extraerlo y explotarlo. Lleva de 6 a 9 años explotarlo. Con muy poco material da mucha energía y eso lo hace muy atractivo versus a otros materiales, y no tiene cadmio, que es un material tóxico”, comentó Severo López-Mestre, analista del sector energético.
Sin embargo, al no ser una actividad dinámica, México importa mucho más litio del que exporta. En el 2021, el país importó 4.7 millones de dólares en carbonatos de litio, mientras que las exportaciones apenas fueron de 99,786 dólares y todas se dirigieron a España, de acuerdo con datos del Sistema de Información Arancelaria Vía Internet (SIAVI).
El 87% de las importaciones provinieron de Chile, con un total de 4.08 millones de dólares en 2021; mientras que el 10% de Argentina y el 3% restante llegó de Bolivia, China, Estados Unidos y Reino Unido.
Pese a todo, considera que dentro del sector inmobiliario, la afectación del mercado de espacios corporativos ha sido menor en comparación con otros segmentos como el retail y la hotelería.
Si bien México podría hacerse cargo del litio a un alto costo, el problema es que, al diluir las concesiones, el país cerrará las puertas para que otras empresas agreguen valor a su litio.
“La materia prima la tenemos, pero no tenemos los procesos para convertirlas en baterías, ni los mercados para venderlas, y es lo mismo que pasó en la nacionalización petrolera: nacionalizamos el crudo y nadie nos compraba la gasolina. Entonces, hoy podríamos estar en una posición semejante”, mencionó Miriam Grunstein, socia senior de Brilliant Energy Consulting.
En México solo hay un yacimiento de litio en fase próxima a producir, que abarca los estados de Chihuahua, Coahuila y Durango. La china Ganfeng Lithium y la británica Bacanora Lithium son las únicas empresas que tienen un proyecto avanzado para extraer litio a cambio de un pago acordado para un periodo establecido, con sus respectivos impuestos.
Hasta ahora, los principales productores de litio son Chile, China y Australia, mientras que los principales procesadores son Chile, China y Argentina.
Con base en la tendencia de la producción de petróleo crudo, si se cierran las concesiones para explotar y procesar el litio que hay en México, con la intención de nacionalizarlo y sacarle mayor provecho, su boom se dará en un periodo de 30 a 35 años.
Tras la expropiación petrolera, en 1938, la producción de crudo despegó hasta 1974, con un aumento anual de 24.4%, hilando nueve años con variaciones de doble dígito.
De hecho, la tasa de crecimiento promedio anual (TCPA) de 1974-1982 fue de 17.3%, frente a una TCPA de 4.5% entre 1938 y 1973.
La TCPA de la producción de petróleo crudo desde el nacimiento de Petróleos Mexicanos (Pemex) hasta el 2021 fue de 3.4%, derivado principalmente de que entre el 2005 y el 2019 se presentaron variaciones negativas, dando una caída de 3.8%, como media, en los últimos 17 años.
“Por lo tanto, la apuesta del litio es a largo plazo, y el aprovechamiento no sería del tamaño del petróleo, que tiene un enorme valor intrínseco y económico. El litio tiene un valor estratégico, sobre todo para los próximos años”, planteó Fluvio Ruiz, exconsejero independiente de Pemex.
A su parecer, el litio aún tiene ciertos retos tecnológicos a vencer porque puede ser uno de los elementos fundamentales para consolidar tecnologías de almacenamiento de energía eléctrica, lo cual es fundamental para apuntalar a la transición energética, sobre todo en la eólica o solar.
Chile es la primera potencia productora de litio, y tiene esquemas de utilidades que favorecen al país, pues dividen la ganancia que obtienen las empresas privadas que explotan el litio.
El 50% se lo queda la compañía, y el otro 50% se reparte entre el Estado y las comunidades, relató López-Mestre.
“Si en México se excluye la inversión privada va a suceder lo que pasó en Bolivia, que tiene grandes reservas, pero no existe ni como productor ni como procesamiento y ni va a existir si no permite que haya una confluencia”, declaró.
En México, el litio se encuentra contenido en arcillas, lo que provoca que su procesamiento metalúrgico sea más complicado y costoso respecto a Chile, donde se encuentra en salares, según la Cámara Minera de México (Camimex).
De cada 1,000 indicios de mineralización, 100 son susceptibles de exploración, 10 llegan a ser de exploración avanzada y sólo uno llega a una etapa de producción. Es decir, la probabilidad es de 1,000 a 1.
Y solo la etapa de exploración puede durar hasta 20 años con inversiones de varios miles de millones de dólares.
“Tenemos un yacimiento muy grande de litio, pero hacerlo económicamente viable es un reto porque habrá que pagar mano de obra y licencias ambientales”, comentó Elié Villeda, experto en energía.
El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania definirá si es necesario acelerar la transición energética o si hay que reconocer que, sin el petróleo y el gas, tendremos fuertes problemas de subsistencia.
“Si para tener baterías y para tener energía sustentable tenemos que incurrir en otra forma de extractivismo, ¿pues qué transición es esa?”, cuestionó Miriam Grunstein.
El extractivismo es un modelo que se encarga de explotar la riqueza natural para exportarla a otros países sin ningún tipo de valor agregado.
“La guerra está enviando un mensaje muy claro sobre la necesidad de los hidrocarburos en la orbe”, aseguró la abogada especializada en energía.
El problema actual de las energías limpias es la intermitencia, pero si se consigue desarrollar la tecnología para incrementar su capacidad de almacenamiento se habrá dado un gran paso hacia adelante, comentó Fluvio Ruiz.
“El desarrollo se alcanzaría con una paraestatal especializada en operar litio que pudiera convivir con otras empresas privadas que pagarán más regalías de las actuales. En general, la minería en México tiene una fiscalidad muy baja. Las regalías son muy bajas, un aspecto que se tendría que modificar en vistas de la reforma fiscal progresiva”.
Si bien el litio es protagonista de la transición energética, hay otros elementos estratégicos.
Para los tractocamiones se está utilizando más el hidrógeno que el litio, porque con el litio se tendrían que instalar muchas baterías que harían inviable la relación peso- movimiento.
“En almacenamiento habrá hidrógeno, y muchos otros materiales que son estratégicos en la transición, como la plata, el manganeso, el niquel y el cobre; no solo el litio va a ser la solución. El litio no es la panacea (…) la historia no está contada todavía, pero no creo que el litio vaya a ser el “oro negro”, pues hay otros materiales que se están utilizando, como el cobre y la plata, que se necesitan para energía fotovoltaica”, expuso López-Mestre.
En una transición energética y tecnológica, no sabemos exactamente lo que sigue. El litio se está usando en los celulares, en los gadgets pero en aplicaciones industriales se están desarrollando nuevos materiales, reiteró.
En el Parlamento Abierto para analizar la iniciativa de reforma eléctrica, la Cámara Minera de México (Camimex) pidió a los integrantes de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados que no reserve ningún mineral para aprovechamiento exclusivo del Estado, porque causaría incertidumbre a las inversiones.
José Jaime Gutiérrez Nuñez, presidente de la Camimex, resaltó que el gobierno mexicano se vería afectado con una reducción de sus ingresos por concepto de derechos mineros, que solamente en el 2020 sumaron más de 6,000 millones de pesos.
En cambio, si la actividad minera se incentivara, el Producto Interno Bruto nacional (PIB) crecería 0.5%, lo que generaría 350,000 nuevos empleos adicionales y aportaría más de 23,000 millones de pesos en impuestos bajo los cálculos actuales.
Gutiérrez Nuñez sostuvo que el litio no es igual que el petróleo, ya que con él no se genera algún tipo de energía y es sólo un medio para almacenarla.
Reporteros: Jessika Becerra y Rodrigo Rosales | Editora: Elizabeth Albarrán
Diseño: Cristian Laris