28 de mayo 2020 | 5:42 pm
Cada noche, cientos de jornaleros en el norte de México abarrotan durante horas un túnel estrecho que acaba en una estación fronteriza para llegar a sus trabajos diarios en California, Estados Unidos, pese a los contagiados de coronavirus que saturan los hospitales en la zona.
A primeras horas de la madrugada del martes, hombres y mujeres tensos, con mascarillas de tela y pañuelos, se apresuraron para hacer una fila a través del paso subterráneo que conduce desde de Mexicali hasta el puerto de entrada de Estados Unidos.
Vendedores ofrecían tamales. Un mariachi subía el ánimo. Pero el único punto de lavado de manos estaba roto.
El flujo diario de ida y vuelta para trabajar en Estados Unidos y dormir de regreso en México es esencial tanto para la cosecha de frutas y verduras del Valle Imperial californiano, valorada en 2,000 millones de dólares, como para miles de familias mexicanas.
Una clara muestra de los profundos lazos de las economías a ambos lados de la frontera.
Pero la falta de medidas de seguridad y las multitudes nocturnas contrastan con el toque de queda impuesto esta semana en Mexicali para tratar de detener el rápido contagio, así como las medidas de distanciamiento de cerca de dos metros en la estación fronteriza.
Si bien ninguna infección se ha relacionado de forma definitiva con el cruce de Calexico West, tanto los jornaleros como los agentes fronterizos de Estados Unidos están preocupados por la falta de distancia social en el lado mexicano y la lenta circulación en el puerto de entrada, que los pone en riesgo.
‘Migra’ sin precaución de jornaleros
José Salazar, es uno de los jornaleros que gana entre 500 y 600 dólares semanales cosechando melón en California, dijo que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) debería agregar agentes para reducir el tiempo que pasan en la fila.
La migra no tiene la precaución de poner más agentes, y (de) eso resulta que la pandemia crezca,
dijo, empleando la jerga usada para referirse a los agentes fronterizos.
El sofocante túnel- que en ocasiones huele a sudor, a cigarrillos y está lleno de farmacias que anuncian Viagra- atraviesa por debajo la valla fronteriza hacia un tramo de escaleras llenas de gente que termina en el acceso a Calexico West.
Ocho jornaleros dijeron que esperan dos o tres horas cada noche para cruzar y temen estar más expuestos al virus allí que en los campos agrícolas.
Con miedo de pasar tanto tiempo en la fila, algunas noches Salazar se queda con su hijo en El Centro, California, en lugar de regresar a casa, dijo.
En el lado estadounidense del cruce limítrofe, los agentes de la CBP imponen reglas de distanciamiento social, pero algunos dijeron que las normas fueron socavadas por las condiciones en el túnel.
No tiene sentido que estemos a seis pies de distancia si ellos (los que cruzan la frontera) se apiñan primero,
dijo un agente fronterizo estadounidense.
El oficial, que pidió el anonimato porque no estaba autorizado para hablar con los medios, dijo estar preocupado por la exposición en el trabajo, además espera una prueba médica en una clínica de Calexico después de que unos familiares se infectaran de coronavirus y su hijo desarrollara fiebre.
El Instituto Nacional de Migración de México no respondió de inmediato a las preguntas sobre la falta de distanciamiento y de otras medidas sanitarias en el túnel.
Una portavoz dijo que la CBP estaba “tomando todas las precauciones disponibles para minimizar el riesgo de exposición a nuestra fuerza laboral y a los miembros del público”.
En California, 84 empleados de esa agencia fronteriza han dado positivo por COVID-19, dijo esa entidad estadounidense. No dio datos específicamente para Calexico.
Los empleadores piden que el segundo puerto de entrada en Calexico abra por la noche para evitar cuellos de botella.
“Hemos seguido solicitando que CBP aumente las horas de su puerto de entrada Calexico East para que nuestros empleados agrícolas puedan utilizar ese cruce fronterizo”, dijo Brea Mohamed, director ejecutivo de la organización de granjeros y empresarios agrarios Imperial County Farm Bureau.
Jornaleros mexicanos se aglomeran en paso fronterizo con EU sin distanciamiento social
Reuters
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28 de mayo 2020 | 5:42 pm
Cada noche, cientos de jornaleros en el norte de México abarrotan durante horas un túnel estrecho que acaba en una estación fronteriza para llegar a sus trabajos diarios en California, Estados Unidos, pese a los contagiados de coronavirus que saturan los hospitales en la zona.
A primeras horas de la madrugada del martes, hombres y mujeres tensos, con mascarillas de tela y pañuelos, se apresuraron para hacer una fila a través del paso subterráneo que conduce desde de Mexicali hasta el puerto de entrada de Estados Unidos.
Vendedores ofrecían tamales. Un mariachi subía el ánimo. Pero el único punto de lavado de manos estaba roto.
El flujo diario de ida y vuelta para trabajar en Estados Unidos y dormir de regreso en México es esencial tanto para la cosecha de frutas y verduras del Valle Imperial californiano, valorada en 2,000 millones de dólares, como para miles de familias mexicanas.
Una clara muestra de los profundos lazos de las economías a ambos lados de la frontera.
Pero la falta de medidas de seguridad y las multitudes nocturnas contrastan con el toque de queda impuesto esta semana en Mexicali para tratar de detener el rápido contagio, así como las medidas de distanciamiento de cerca de dos metros en la estación fronteriza.
Si bien ninguna infección se ha relacionado de forma definitiva con el cruce de Calexico West, tanto los jornaleros como los agentes fronterizos de Estados Unidos están preocupados por la falta de distancia social en el lado mexicano y la lenta circulación en el puerto de entrada, que los pone en riesgo.
‘Migra’ sin precaución de jornaleros
José Salazar, es uno de los jornaleros que gana entre 500 y 600 dólares semanales cosechando melón en California, dijo que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) debería agregar agentes para reducir el tiempo que pasan en la fila.
dijo, empleando la jerga usada para referirse a los agentes fronterizos.
El sofocante túnel- que en ocasiones huele a sudor, a cigarrillos y está lleno de farmacias que anuncian Viagra- atraviesa por debajo la valla fronteriza hacia un tramo de escaleras llenas de gente que termina en el acceso a Calexico West.
Ocho jornaleros dijeron que esperan dos o tres horas cada noche para cruzar y temen estar más expuestos al virus allí que en los campos agrícolas.
Con miedo de pasar tanto tiempo en la fila, algunas noches Salazar se queda con su hijo en El Centro, California, en lugar de regresar a casa, dijo.
En el lado estadounidense del cruce limítrofe, los agentes de la CBP imponen reglas de distanciamiento social, pero algunos dijeron que las normas fueron socavadas por las condiciones en el túnel.
dijo un agente fronterizo estadounidense.
El oficial, que pidió el anonimato porque no estaba autorizado para hablar con los medios, dijo estar preocupado por la exposición en el trabajo, además espera una prueba médica en una clínica de Calexico después de que unos familiares se infectaran de coronavirus y su hijo desarrollara fiebre.
El Instituto Nacional de Migración de México no respondió de inmediato a las preguntas sobre la falta de distanciamiento y de otras medidas sanitarias en el túnel.
Una portavoz dijo que la CBP estaba “tomando todas las precauciones disponibles para minimizar el riesgo de exposición a nuestra fuerza laboral y a los miembros del público”.
En California, 84 empleados de esa agencia fronteriza han dado positivo por COVID-19, dijo esa entidad estadounidense. No dio datos específicamente para Calexico.
Los empleadores piden que el segundo puerto de entrada en Calexico abra por la noche para evitar cuellos de botella.
“Hemos seguido solicitando que CBP aumente las horas de su puerto de entrada Calexico East para que nuestros empleados agrícolas puedan utilizar ese cruce fronterizo”, dijo Brea Mohamed, director ejecutivo de la organización de granjeros y empresarios agrarios Imperial County Farm Bureau.
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Reuters
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