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La principal apuesta del gobierno de Andrés Manuel López Obrador en el sector energético es la construcción de la refinería de Dos Bocas y la compra de Deer Park para cubrir la demanda de gasolina que se consume en el país.
El fin de construir y adquirir estas refinerías es que México procese su petróleo crudo y lo convierta en gasolina para dejar de importar alrededor del 75% que se consume, pero ¿será suficiente?
La máxima capacidad de refinación de la planta Olmeca y de Deer Park se estima en 340,000 barriles diarios entre gasolinas, diésel, gas y otros petrolíferos, cada una. Sin embargo, los especialistas ven poco probable que operen a ese límite, ya que las seis refinerías que existen en el país operan máximo al 50% de su capacidad.
Es decir, producen 250,000 barriles de gasolina y si a esta cantidad se suman los 130,000 barriles que genere Dos Bocas y otros 130,000 de Deer Park, da un total de 510,000 barriles, estimó la especialista en energía, Rosanety Barrios.
Además, dijo que la única forma de sostener el estímulo fiscal a la gasolina –que se aplica desde el 12 de marzo del 2022 para frenar el aumento en los precios del combustible– es exportando petróleo.
“México produce 1.6 millones de barriles diarios. De ellos, necesitamos exportar al menos 1 millón de barriles, con lo que nos quedarían solo 600,000 para procesar”, comentó.
La Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) prevé que los 2 millones se alcancen en el 2024, por lo que se ve muy lejano llegar a 3 millones, ya que tendría que haber más rondas petroleras y farmouts (asociaciones para compartir riesgos) en áreas que requieren capital, tecnología y mano de obra, pero el gobierno las cerró.
“Aún produciendo 3 millones de barriles al día, no alcanzaría para cubrir la demanda interna de gasolinas. Estamos produciendo 1.6 millones”, destacó Sergio Pimentel, ex comisionado de la CNH.
El primero de julio, cuando el gobierno realice la ceremonia de inauguración, la Refinería Olmeca no estará lista, por lo que el 60% de su capacidad de procesamiento será hasta finales del 2023 o 2024.
“Es una obra en construcción que no está lista y a la que le falta mucha inversión y ejecución”, comentó Sergio Pimentel.
El avance de la refinería es del 87%, según la Secretaría de Energía (Sener), pero el Observatorio Ciudadano de Energía (OCE) expuso que el nivel está sobreestimado porque falta instalar una gran cantidad de tubería para interconectar plantas en proceso, servicios auxiliares y almacenamiento.
A su vez, falta instalar equipo de aislamiento, mecánico, eléctrico y de seguridad.
“Se estima que la producción de petrolíferos al menos esté en un 60% de la capacidad nominal de la refinería será hasta finales del 2023 o bien hasta finales del 2024”, según el OCE.
Una vez que se termina de construir una refinería y la maquinaria esté completamente interconectada, se necesitan al menos nueve meses de pruebas de acondicionamiento y Dos Bocas está lejos de tener toda la infraestructura terminada, destacó Pimentel.
“Se va a inaugurar una obra en proceso, que el gobierno entiende como central, pero que no es una refinería”, agregó.