19 de febrero 2020 | 5:00 am
Nota del editor: Se añadió el comentario de John Santa Maria Otazua, CEO de KOF durante su conferencia con analista correspondiente al cuarto trimestre de 2019 el 27 de febrero
Bimbo, Coca-Cola Femsa y Arca Continental cuentan con una estrategia probada para sortear un posible impacto en las ventas de sus productos con alto contenido en grasas, grasas saturadas, sodio y azúcares ante el nuevo etiquetado planteado para estos productos.
Estas opciones son la reducción en el tamaño de los alimentos y bebidas, así como la producción de nuevos productos conocidos como light o reducidos en azúcares y grasas.
Las empresas ya ocuparon estas estrategias en momentos de desaceleración económica, en caídas del consumo interno o ante medidas gubernamentales especiales como el aumento en precios, derivado a la aplicación del Impuesto Especial Sobre Productos y Servicios (IEPS) en 2014 y al reetiquetado de alimentos que entró en vigor un año después.
Las bebidas light o reducidos en azúcares y otros ingredientes toman relevancia dentro del portafolio de las embotelladoras en estos momentos. Las compañías han compartido que ahora estos productos representan el 40% de sus portafolios
dijo Jimena Colín, analista en Grupo Financiero Monex.
Por su parte, John Santa Maria Otazua, CEO de KOF dijo en llamada con inversionistas sobre los resultados de la compañía para el cuarto trimestre de 2019 que, la compañía apostará por la presentación y la reformulación de sus líquidos ante las nuevas medidas gubernamentales.
“Tenemos una arquitectura de paquetes, podemos abordar y mitigar los impactos de iniciativas de etiquetado como estas y, al mismo tiempo, con Coca-Cola Company, también tenemos una capacidad importante de reformulación y desarrollo de nuevos productos que también mitigan y confrontan Algunos de estos vientos en contra que podríamos enfrentar con la nueva regulación nutricional”, comentó.
Se estima que la industria de alimentos y bebidas desembolsó 5,000 millones de pesos en 2015 en reetiquetar sus productos y de acuerdo al Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (ConMéxico), el monto será similar de prosperar la Norma Oficial Mexicana en materia de etiquetado de alimentos y bebidas no alcohólicas (NOM 051).
La norma se aprobó a inicios de año y espera el calendario para los tiempos de su implementación, entre otros detalles.
El cambio en la naturaleza de las bebidas producidas por las embotelladoras es visible. Entre 2017 y 2018, la categoría de bebidas azucarada que tuvo el crecimiento más importante en términos de ventas fue el reducido en calorías.
Los refrescos de cola bajas en calorías aumentaron 149.3%, mientras que los refrescos de cola tradicionales subieron 0.8%. En tanto, los refrescos de sabores bajos en calorías incrementaron 414.8% sus ventas, frente a los tradiciones que bajaron 8.3%, de acuerdo al último estudio elaborado por la consultora KPMG con datos de la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (Anaprac).
En términos generales, el volumen de ventas de las bebidas carbonatadas se vio afectado tras la aplicación del IEPS a nivel nacional, pero un año después tuvo una recuperación.
“La industria cerró 2018 con un volumen de ventas de alrededor de 18,903 millones litros de refresco, con un incremento de 0.28% con respecto al año anterior. Esto nos muestra la lealtad del consumidor mexicano, así como la capacidad de toda la industria en ofrecer nuevos productos que se ajusta a sus necesidades”, de acuerdo al reporte de KPMG.
La norma pretende poner un sello de advertencia de forma hexagonal negro que indique que el producto tiene altos niveles de ingredientes dañinos a la salud.
También reducen el tamaño de su presentación
Otras de las estrategias que ocupan las empresas es la reducción de la presentación de sus productos, de esta forma, las firmas buscan un mayor margen de rentabilidad en los alimentos.
“Bajo este formato, la proporción precio sobre la cantidad de producto es mejor, dando un mayor margen de rentabilidad, al mismo tiempo que reducen los precios al consumidor final”, comentó Colín.
Grupo Bimbo implementa esta estrategia en momentos de desaceleración económica y cuando existe una contracción en el consumo interno del país. Desde a mediados del año pasado la compañía sigue este plan.
Quiero decir que las cosas buenas no duran para siempre y estoy seguro que nuestros equipos están haciendo lo correcto. Así que soy optimista de algunas estrategias que estamos implementando nos permitirá tener una mejor mitad del año en términos de volumen
dijo Daniel Servitje, CEO de Bimbo, en la conferencia con inversionistas del segundo trimestre de 2019.
Mexicanos ponen poca atención al etiquetado del producto que compran
De acuerdo a la encuesta “Who Cares, Who Does?” realizada por la consultora Kantar en México, solo el 23% de los entrevistados revisa información adicional a la fecha de caducidad de los productos que compran.
El informe elaborado el año pasado detalla que, al considerar ese porcentaje como el 100%; el 51% revista el contenido de azúcar, el 45% el de grasa y el 42 y 37% ve las calorías o valor nutrimental y conservadores, respectivamente.
“Vemos que la población sí está leyendo la información que viene en los productos que compra y se podría considerar que es una de las formas que utiliza para cuidar su alimentación, ya que, al revisar qué nivel de azúcar, grasas y calorías tiene el producto, podrá elegir el que mejor le convenga para su salud”, según el reporte.
Productos light y pequeños, la estrategia de Bimbo, KOF y Arca ante nuevo etiquetado
Ángel Alcántara
angel.alcantara@elceo.com
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19 de febrero 2020 | 5:00 am
Nota del editor: Se añadió el comentario de John Santa Maria Otazua, CEO de KOF durante su conferencia con analista correspondiente al cuarto trimestre de 2019 el 27 de febrero
Bimbo, Coca-Cola Femsa y Arca Continental cuentan con una estrategia probada para sortear un posible impacto en las ventas de sus productos con alto contenido en grasas, grasas saturadas, sodio y azúcares ante el nuevo etiquetado planteado para estos productos.
Estas opciones son la reducción en el tamaño de los alimentos y bebidas, así como la producción de nuevos productos conocidos como light o reducidos en azúcares y grasas.
Las empresas ya ocuparon estas estrategias en momentos de desaceleración económica, en caídas del consumo interno o ante medidas gubernamentales especiales como el aumento en precios, derivado a la aplicación del Impuesto Especial Sobre Productos y Servicios (IEPS) en 2014 y al reetiquetado de alimentos que entró en vigor un año después.
dijo Jimena Colín, analista en Grupo Financiero Monex.
Por su parte, John Santa Maria Otazua, CEO de KOF dijo en llamada con inversionistas sobre los resultados de la compañía para el cuarto trimestre de 2019 que, la compañía apostará por la presentación y la reformulación de sus líquidos ante las nuevas medidas gubernamentales.
“Tenemos una arquitectura de paquetes, podemos abordar y mitigar los impactos de iniciativas de etiquetado como estas y, al mismo tiempo, con Coca-Cola Company, también tenemos una capacidad importante de reformulación y desarrollo de nuevos productos que también mitigan y confrontan Algunos de estos vientos en contra que podríamos enfrentar con la nueva regulación nutricional”, comentó.
Se estima que la industria de alimentos y bebidas desembolsó 5,000 millones de pesos en 2015 en reetiquetar sus productos y de acuerdo al Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (ConMéxico), el monto será similar de prosperar la Norma Oficial Mexicana en materia de etiquetado de alimentos y bebidas no alcohólicas (NOM 051).
La norma se aprobó a inicios de año y espera el calendario para los tiempos de su implementación, entre otros detalles.
El cambio en la naturaleza de las bebidas producidas por las embotelladoras es visible. Entre 2017 y 2018, la categoría de bebidas azucarada que tuvo el crecimiento más importante en términos de ventas fue el reducido en calorías.
Los refrescos de cola bajas en calorías aumentaron 149.3%, mientras que los refrescos de cola tradicionales subieron 0.8%. En tanto, los refrescos de sabores bajos en calorías incrementaron 414.8% sus ventas, frente a los tradiciones que bajaron 8.3%, de acuerdo al último estudio elaborado por la consultora KPMG con datos de la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (Anaprac).
En términos generales, el volumen de ventas de las bebidas carbonatadas se vio afectado tras la aplicación del IEPS a nivel nacional, pero un año después tuvo una recuperación.
“La industria cerró 2018 con un volumen de ventas de alrededor de 18,903 millones litros de refresco, con un incremento de 0.28% con respecto al año anterior. Esto nos muestra la lealtad del consumidor mexicano, así como la capacidad de toda la industria en ofrecer nuevos productos que se ajusta a sus necesidades”, de acuerdo al reporte de KPMG.
La norma pretende poner un sello de advertencia de forma hexagonal negro que indique que el producto tiene altos niveles de ingredientes dañinos a la salud.
También reducen el tamaño de su presentación
Otras de las estrategias que ocupan las empresas es la reducción de la presentación de sus productos, de esta forma, las firmas buscan un mayor margen de rentabilidad en los alimentos.
“Bajo este formato, la proporción precio sobre la cantidad de producto es mejor, dando un mayor margen de rentabilidad, al mismo tiempo que reducen los precios al consumidor final”, comentó Colín.
Grupo Bimbo implementa esta estrategia en momentos de desaceleración económica y cuando existe una contracción en el consumo interno del país. Desde a mediados del año pasado la compañía sigue este plan.
dijo Daniel Servitje, CEO de Bimbo, en la conferencia con inversionistas del segundo trimestre de 2019.
Mexicanos ponen poca atención al etiquetado del producto que compran
De acuerdo a la encuesta “Who Cares, Who Does?” realizada por la consultora Kantar en México, solo el 23% de los entrevistados revisa información adicional a la fecha de caducidad de los productos que compran.
El informe elaborado el año pasado detalla que, al considerar ese porcentaje como el 100%; el 51% revista el contenido de azúcar, el 45% el de grasa y el 42 y 37% ve las calorías o valor nutrimental y conservadores, respectivamente.
“Vemos que la población sí está leyendo la información que viene en los productos que compra y se podría considerar que es una de las formas que utiliza para cuidar su alimentación, ya que, al revisar qué nivel de azúcar, grasas y calorías tiene el producto, podrá elegir el que mejor le convenga para su salud”, según el reporte.
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Ángel Alcántara
angel.alcantara@elceo.com
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