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Reportero de Política
Cuando Adalberto Palma, expresidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), subió al estrado en la Convención Bancaria de 2019 celebrada en Acapulco, Guerrero, prometió una reforma al sistema financiero que no pudo cumplir.
La participación del funcionario en la edición 82 del encuentro sirvió para conocer su plan de trabajo al frente del ente regulador, donde destacó su proyecto para equilibrar la competitividad de todos los bancos y mejorar la inclusión financiera en México.
Dijo que el sector requería de innovación desde los bancos, aunque también del regulador, con “creatividad y compromisos claros” por parte de todos los involucrados, de manera que se apoyara el crecimiento económico y el bienestar social en México, en línea con el discurso político del presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Propongo la arquitectura sobre la base de cuatro líneas esenciales: el crecimiento y la inclusión; la estabilidad e integridad del sistema; el desarrollo, la competencia y la diversificación en el sector; y finalmente la innovación”, explicó.
Casi un año después de su presentación en la reunión anual organizada por la Asociación de Bancos de México, Palma Gómez renuncia a la CNBV, cediendo a Juan Pablo Graf Noriega, extitular de la Unidad de Banca, Valores y Ahorro, el reto de lograr la transformación de la banca nacional.
Durante sus primeras palabras como presidente de la Comisión, Graf insinuó que continuarán con el proyecto heredado por su antecesor sobre el marco regulatorio que “ha impedido el crecimiento de los intermediarios financieros (más pequeños)”.
Palma se enfrentó a una reestructuración del regulador financiero, debido a las bajas de decenas de funcionarios ocasionadas por la Ley Federal de Austeridad Republicana, que prohíbe a los servidores públicos trabajar en el sector privado 10 años después de ocupar cargos gubernamentales.
El ahora expresidente de la CNBV tenía contemplado utilizar la Convención Bancaria 83 para “soltar la bomba” que marcaría su gestión en el regulador financiero, según dijo a EL CEO un exmiembro de la junta de gobierno del organismo que pidió guardar el anonimato.
El secretario de Hacienda, Arturo Herrera, dijo este martes en conferencia que anunciarán medidas para simplificar las operaciones del sector bancario, sin dar mayores detalles para “no contar el final de la película”.
La trayectoria de Palma está, en cierta manera, ligada a la banca privada, aunque no reunía todas las características para encabezar el organismo regulador del sector, según sus críticos. Más aún, es del círculo de Alfonso Romo, el jefe de la Oficina de la Presidencia, quien junto con Eugenio Nájera, ex director de Nafin y Bancomext, fueron situados en puestos estratégicos del gabinete económico que le reportaban al empresario regiomontano y no al secretario de Hacienda.
Esto ocasionó un choque entre el ex titular de Hacienda, Carlos Urzúa, y Alfonso Romo. La pelea la ganó el jefe de Oficina de AMLO, pues Urzúa terminó renunciando estridentemente a la dependencia federal, acusando de intromisión de funciones y conflicto de intereses al dueño de Pulsar.
Palma es ingeniero bioquímico por el Tecnológico de Monterrey. A diferencia de su antecesor, Bernardo González Rosas, quien estudió Administración de Empresas en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), o de Jaime González Aguadé, economista, también por el ITAM y presidente de la CNBV entre 2012 y 2017.
No obstante, la hoja de vida de Palma incluye la presidencia del consejo de la Unión de Instituciones Financieras Mexicanas (Unifim). Desde allí criticó la centralización bancaria del país y se posicionó en favor de una regulación que aumente la competencia dentro del sector para que “atienda a los intereses, no de los intermediarios, sino de los usuarios”.
Sus estudios de posgrado sí incluyen la rama financiera. Tiene una maestría en Economía Internacional de Alimentos, por lo que editó el libro ‘Alimentación: Reto de México’, publicado por Banamex en 1979.
En su participación durante un simposio de políticas públicas en 2012, Palma aseguró sentirse orgulloso de representar a los bancos en México.
La presidencia de la CNBV era la clave para lograr una regulación del sector de acuerdo con los principios que durante su trayectoria ha divulgado.
“Su reto es impulsar una regulación bancaria más eficiente y a la vez flexible. Palma entiende que un exceso de regulación puede meter freno a la actividad económica”, dice Jorge Sánchez Tello, director de investigación aplicada en la fundación de Estudios Financieros (Fundef).
Para impulsar el desarrollo de la banca mexicana, Palma propuso un sistema de regulación diferenciada para los actores de la industria y así disminuir los niveles de concentración que existen en el sector.
Esto implicaba el reconocimiento de distintos modelos de negocio y la aplicación de una regulación de acuerdo con el tamaño de cada institución financiera, explicó en la Convención Bancaria del año pasado.
“Se tienen que reconocer modelos de negocio distintos y por lo tanto la aplicación de regulación diferencia es lo mínimo que uno puede considerar. (Hay que) ponerlo sobre la mesa y discutir sobre los diferentes vehículos que hay”, dijo Adalberto Palma en la Convención Bancaria 2019
El principal punto de referencia sobre una medida de este tipo es la estadounidense, donde los activos bancarios determinan la flexibilidad regulatoria que recibe.
La regulación actual en México es “brutal, en comparación con lo que se les pide en otros países” y afecta por igual a los grandes BBVA, Citibanamex y Banorte, como a los pequeños como Compartamos o Coppel, dice Sánchez Tello.
BBVA México es el grupo financiero más grande en el país, al manejar activos que representan el 22.9% de la banca nacional, que hasta septiembre de 2019 tenía un valor de 10.43 bdp, según datos de la CNBV.
Detrás está Banorte, que representa el 15.8% de participación en el sector; le sigue Citibanamex, con 15.1%; Santander, con 14.5%; y HSBC con 8.2%.
En Estados Unidos, la Reserva Federal aplica tres tipos de regulación: la básica, la estándar, la de riesgo de mercado, riesgo operativo y de crédito.
Una regulación diferenciada, similar a la estadounidense, aportaría mayor dinamismo al sector bancario en México, mejoraría los niveles de inclusión financiera e impulsaría el crecimiento.
“La gestión de Adalberto Palma pudo pasar de la discreción a la histórica gestión que impulsó una regulación que favorezca el crecimiento del sector en todos los niveles”, opina el exmiembro de la junta de gobierno de la CNBV.
Se espera que la iniciativa de reforma financiera, horneada entre representantes de 15 gremios durante el último año, se presente en la edición 83 de la Convención Bancaria que se llevará a cabo el 12 y 13 de marzo.
El sector bancario está impaciente por escuchar la propuesta, cuyo lanzamiento se ha retrasado por la reestructuración que sufrió la CNBV a partir de la desbandada de funcionarios clave.
Entre las bajas más representativas para la entidad se encuentran Edgar Bonilla del Ángel y Marco Antonio López Pérez, exvicepresidente jurídico y exvicepresidente de Supervisión de Grupos e Intermediarios Financieros B, respectivamente.
También renunció Rocío Robles, extitular de la dirección de Supervisión de Instituciones de Tecnología Financiera y Modelos Novedosos, quien estuvo al frente de la elaboración de la Ley para Regular a las Instituciones de Tecnología Financiera, o Ley Fintech.
La tarea de reestructurar la CNBV contribuyó a que la gestión de Palma hasta el momento se perciba como discreta. Palma renunció poco antes de lo que las fuentes consultadas identifican como el punto de quiebre de su gestión.
“Era ahora o nunca para que Palma consiguiera un logro histórico para la banca nacional”, dice un analista del sector privado que pidió omitir su nombre, en referencia a una reforma financiera que flexibilice a la actual regulación bancaria.
Según dijo Palma, esta reforma incluiría la reorientación de la evolución de instituciones financieras, mercados e instrumentos que se adapten al carácter “heterogéneo que caracteriza a nuestra sociedad y economía”.
Las autoridades que regulan y supervisan a las instituciones financieras tienen la inquietud de presentar la iniciativa de reforma financiera en la 83 Convención Bancaria, adelantó a mediados de febrero, según un reporte del diario Reforma.
El trabajo del bioquímico que se convirtió en banquero y luego regulador se verá reflejado en lo que presente Juan Pablo Graf la próxima semana, en la Convención Bancaria.
Reportero: Alejandro Juárez
Diseño: Cristian Laris