1 de abril 2020 | 5:49 pm

La industria de dispositivos médicos de México lucha para satisfacer un fuerte incremento en la demanda de ventiladores a medida que los pacientes con problemas respiratorios relacionados con el COVID-19 colman los hospitales en Estados Unidos y Europa.

La firma estadounidense de dispositivos médicos Hillrom comenzará a producir máquinas de ventilación en Tijuana, mientras que compañías como Vyaire Medical, Fisher & Paykel y Getinge también impulsan la fabricación de productos para combatir la pandemia, como mascarillas y equipo protector.

No se puede accionar un interruptor y encenderlo de la noche a la mañana. Pero el mundo no puede permitirse que esperemos seis meses,

dijo el portavoz de Hillrom, Howard Karesh.

Incluso antes de que el brote disparara la demanda de productos médicos, México era la principal fuente de dispositivos para Estados Unidos, donde la industria es uno de los mayores sectores de exportación del país.

Pero ahora eso podría ser una fuente de fricción bilateral.

La dependencia estadounidense de equipos médicos importados ha aflorado como una debilidad durante la epidemia, dijo el lunes el Representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, mientras expertos advierten que México podría necesitar pronto los equipos a medida que aumenten sus casos.

Las máquinas de ventilación bombean oxígeno a los pulmones de los pacientes con problemas respiratorios agudos, lo que ayuda a evitar la insuficiencia pulmonar, que es común en los pacientes con coronavirus más afectados. Su escasez provocó incontables muertes en Italia.

Una asociación mexicana de dispositivos médicos y el gobierno de Tijuana dijeron a Reuters que la demanda de ventiladores aumentó 1,000% luego del brote de coronavirus, que ha infectado a 823,626 personas y provocado la muerte de 40,598.

La industria fue incluida en una lista del gobierno mexicano de “actividades esenciales”, lo que permitió que las fábricas permanecieran abiertas a pesar de un cierre nacional que afecta a la mayoría de las empresas.

“Debemos (…) continuar operando porque vamos a salvar vidas y mitigar la pandemia”, dijo el tesorero del Clúster de Dispositivos Médicos de las Californias que representa a 76 fabricantes de productos médicos, Miguel Ángel Félix Díaz Alonso.

La neozelandesa Fisher & Paykel Healthcare dijo que estaba aumentando la fabricación en México de humidificadores y bienes de consumo asociados, que se usan junto con los ventiladores.

Lo mismo informó Integer, un negocio médico que cotiza en Estados Unidos, sobre las baterías de dispositivos de monitoreo de pacientes y ventiladores que produce en sus instalaciones en Tijuana.

Stryker, que también tiene una planta en Tijuana, está expandiendo la producción mundial de desfibriladores y productos de higiene, desinfección y protección quirúrgica para pacientes, así como de camas de hospital y camillas.

También estamos explorando la expansión a nuevas áreas de productos, como mascarillas, y estamos trabajando (con reguladores estadounidenses) para acelerar la aprobación de equipos esenciales de protección personal,

dijo una portavoz de la compañía.

México mira a China

El gobierno mexicano ha tratado de duplicar la disponibilidad de máquinas de ventilación en el sistema de salud nacional ordenando 5,000 aparatos de China.

Tres ejecutivos mexicanos de la industria médica dijeron a Reuters que el gobierno no los había contactado para pedir una mayor producción o desviar los ventiladores destinados a la exportación hacia los hospitales mexicanos.

La presidencia dirigió a la Secretaría de Salud preguntas de Reuters sobre por qué México no estaba aprovechando su industria local, sin embargo, no respondió a una solicitud de comentarios.

México está varias semanas detrás de Estados Unidos en términos de propagación del COVID-19, con 1,215 casos y 29 decesos, pero ante el creciente número de infecciones las autoridades advierten que el sistema de salud pronto podría colapsar.

Alejandro Macías, quien fue comisionado nacional para el control del brote de gripe H1N1 en 2009, pronosticó que México necesitará al menos 30,000 ventiladores durante el pico de la crisis. “Si yo fuera el presidente diría a los productores que están en México, necesitamos una parte de esa producción”, dijo.

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