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Tras la paralización de la economía por la pandemia del COVID-19, el mundo comenzó a recuperarse con una mayor demanda de productos, lo que provocó un aumento de precios, especialmente del sector energético.
Ante esta nueva presión y con el fin de evitar un daño en los bolsillos de los mexicanos, la Secretaría de Energía publicó una “Directriz de emergencia” en la que obligó a la Comisión Reguladora de Energía (CRE) a fijar el precio máximo del gas LP a los distribuidores.
Sin embargo, esta intervención complicó más la poca competencia que se tenía en un mercado que estaba concentrado por pocas empresas y de las que se desprenden otros problemas como el famoso ‘huachicoleo’, es decir, la venta ilegal del gas LP.
Análisis CEO recopiló los precios máximos del gas LP que publica la CRE en las tres principales ciudades del país, desde la primera semana de agosto de 2021 hasta la segunda semana de julio del 2022.
En dicho periodo se observó que la mayor alza se dio en Monterrey, con una variación de 18.1% en el precio máximo del gas LP; le siguieron Guadalajara con 11.4% y la capital del país con 7.1%.
Si bien, en lo que va del 2022, se reportan tres desplomes del precio del gas LP, la inflación acumulada del primer semestre llegó a 9.82% y frente a agosto del 2021 a 7.59%, de acuerdo con datos del INEGI.
Es decir, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) del gas doméstico LP en lo que va de este año, así como desde el inicio de fijar precios máximos, subió y no cumplió con el objetivo de brindar menores precios a los consumidores.
Para dimensionar el impacto de la inflación del gas LP en el bolsillo de los hogares mexicanos, según la Secretaría de Energía (Sener), una familia que vive con un salario mínimo tiene que destinar casi el 10% de su ingreso.
Si el salario mínimo en México es de 172.87 pesos diarios, al mes percibe 5,255 pesos; y si de este total tiene que destinar 485 pesos para un tanque de gas LP de 20 kilogramos, ya se gastó el 9.2% de su ingreso.
Paralelo a la fijación de precios máximos, el 7 de julio del 2021, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la creación de Gas Bienestar, una nueva empresa para distribuir gas LP a “precio justo” y filial de Petróleos Mexicanos (Pemex).
El banderazo se realizó el 31 de agosto en la alcaldía Iztapalapa, donde los camiones de Gas Bienestar acudieron para que la gente llevara sus cilindros a rellenarlos y a cambiar aquellos que estaban deteriorados.
De los 1.11 billones de pesos que Pemex busca obtener del Presupuesto de Egresos de la Federación para llevar a cabo las “10 tareas de Pemex“, 2% se utilizará para Gas Bienestar, es decir, 23,000 millones de pesos.
En México, 35.2 millones de viviendas particulares habitadas consume gas LP, lo que representa el 79%; mientras que el 11% utiliza leña o carbón y solo 7% tiene acceso al gas natural, según la primera Encuesta Nacional sobre Consumo de Energéticos en Viviendas Particulares (ENCEVI).
Ante esta fuerte demanda del gas LP, el aumento de precios y una mala regulación por parte de las autoridades competentes, se ha generado un mercado negro, el cual se acentuó con la llegada de Gas Bienestar.
En el primer trimestre del 2022 se detectaron 692 tomas clandestinas de gas LP, lo que significó un aumento del 44.7%, respecto del mismo periodo del 2020, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas (Amexgas).
Los puntos clandestinos se concentran en los estados de México, Ciudad de México, Puebla, Hidalgo, Veracruz, Tlaxcala, Jalisco, Querétaro, Guanajuato y Tamaulipas.
Enrique Medrano, representante del Gremio Gasero explicó que hay grupos de personas que acuden con sus pipas a tomar gas para después trasladarse a otras zonas fuera de vigilancia a las que llegan camiones e individuos que compran el producto y se encargan de distribuirlo en hogares y negocios.
“La actividad ha crecido conforme se ha elevado el precio del gas, lo que ha ocasionado la creación de supuestas empresas que no están autorizadas por la CRE, y que al estar libres de los costos de una compañía legal, tienen mejores ganancias”, dijo Medrano.
En estos ‘negocios’ se emplean comisionistas que distribuyen en casas y pequeñas empresas el gas a un precio más bajo del que ofrecen Gas Bienestar y las firmas reguladas que son las mismas que concentran el mercado: Soni, Nieto, Global, Tomza, Zeta, Uribe y Combugas.
“Los comisionistas van a lugares donde les ofrecen más barato el gas y luego lo distribuyen. El ‘huachigas’ o las tomas clandestinas han crecido mucho, han aumentado en Hidalgo, Puebla y el Estado de México”, comentó Medrano.
La sustracción ilegal de gas LP representó un costo para Pemex de 600 millones de pesos, lo que significó un crecimiento del 134.37%, respecto de los primeros seis meses del 2020, según datos de la petrolera.
Medrano comentó que en esas estaciones ilegales, un tanque de 20 kilos puede costar 200 pesos, mientras que en Gas Bienestar puede valer el doble y con las gaseras privadas varían los precios.
“Las personas solo van por el cilindro nuevo de Gas Bienestar y después van a cargar al ‘huachicol’. Mucha gente va a las estaciones de carburación y no le echan 400 pesos, hay gente que le echa 100 pesos o 200 porque no puede pagar los 400”.
Actualmente, hay gaseras que tienen un precio más bajo del que ofrece Gas Bienestar, según el registro de la CRE del 19 de julio. Mientras la gasera del Estado ofrece 22.50 por kilo, Unigas, Gas Chapultepec y Serviga venden en un rango de 19.20 a 21.80 pesos por kilo.
El comportamiento del gas LP responde a los movimientos del precio internacional del propano, al cual se mide a través del índice Mont Belvieu.
Dicho índice se ha movido al alza en los últimos meses ante la invasión de Rusia a Ucrania, que provocó un aumento abrupto en los precios del petróleo y del gas natural.
En junio pasado, el precio del propano Mont Belvieu rondó en 1.219 dólares por galón, el menor nivel en los últimos cinco meses, aunque frente a diciembre del 2021 da un incremento de 18%, de acuerdo con la Administración de Información Energética de Estados Unidos.
De hecho, a partir de julio del año pasado rebasó el nivel de un dólar por galón, situación que no se veía desde septiembre del 2014, último mes en que se superó dicho umbral.
Cuando inició el control de precios de la CRE, la comisión de los distribuidores bajó de 1 peso por litro a 50 centavos y aunque se ha ido recuperando a su nivel inicial, quienes trabajan con los grupos ilegales ganan 5 pesos por kilo de gas LP.
“El problema fue que afectaron el margen de los distribuidores de gas y eso se vio reflejado en la reducción de las rutas de la distribución, se dejó de ir a las zonas más alejadas, se dejó de dar mantenimiento a los vehículos y las gaseras despidieron a mucha gente”, comentó Susana Cazorla, socia consultora de SICEnrgy.
Sin embargo, admitió que si el precio del Gas LP en México se siguiera moviendo conforme a la referencia internacional que es el Mont Belviu, los precios estarían entre 15 y 20% arriba de lo que están.
Mientras la investigación de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) sobre condiciones de competencia en el mercado de gas LP no concluya, será difícil establecer una nueva regulación que realmente baje los precios, destacó Susana Cazorla, socia consultora de SICEnrgy. .
“Si Cofece pudiera tener al personal necesario para acabar la investigación que inició para determinar si hay o no condiciones de competencia efectiva- porque solo salió el análisis preliminar, podría fijar una regulación de precios, que no es lo mismo que control de precios”, aseguró Cazorla.
Desde su perspectiva, el mercado requiere una regulación de precios mucho más elaborada, con una metodología más clara que reconociera los costos de quienes quieren ser eficientes y no a ‘rajatablas’ al quitarles a todos el margen.
A su vez, es necesaria mayor información sobre los avances de Gas Bienestar, ya que cuando inició operaciones, Octavio Romero Oropeza, director de Pemex, señaló que la empresa cubrirá las 16 alcaldías, y para enero del próximo año espera llegar a 1.2 millones de viviendas de la Ciudad de México.