Jimena Tolama

Marisol Morelos

En noviembre de 2015, Match Group, matriz de aplicaciones de citas en línea, debutó en el Nasdaq con una cartera de 45 marcas como Tinder, Match y OKCupid.

 

Los directivos de la compañía involucrados en el lanzamiento, entre quienes estaba el fundador y exCEO de Tinder, Sean Rad, se reunían alrededor del botón rojo que apretaron para celebrar aquella mañana de otoño una recaudación de 400 millones de dólares a un precio de 12 dólares por acción.

 

Del lado izquierdo de Rad aplaudía sonriente Jimena Almendares, una mexicana de no más de 30 años que había liderado el proceso de la Oferta Pública Inicial para OKCupid.

 

“Fue un camino muy pesado. Pero en general la vida de un ejecutivo es muy intensa”, recuerda quien fuera la directora de Producto en aquel entonces, mientras bebe su segunda taza de espresso. 

 

Dice que una OPI es divertida a los ojos ajenos, aunque no tanto para quien tiene que prepararla desde un año antes, ríe. Desde su aterrizaje en Silicon Valley en 2009, Almendares ha vivido las dos caras de la salida a bolsa de una empresa tecnológica: como empleada y como directiva. 

 

La primera fue en Zynga, la desarrolladora de videojuegos en línea, dueña de Farmville.

 

“Supe lo que es celebrar como empresa. Me ayudó a saber qué es lo que iba a hacer y la segunda (en Match) a vivirlo mucho más cerca”, dice. 

 

Como mexicana que logró entrar al círculo de los más innovadores en la bahía de San Francisco, considera que la presión está en hacer de la OPI lo más exitosa posible, en especial cuando se trata una startup que se estrena entre los grandes de Wall Street. 

 

“Cuando eres una empresa pública tienes que tener tus procesos realmente bien analizados, de seguridad, de privacidad. Una startup no debe esperar a serlo para mejorarlos, porque el día que llegue ya vas a ser evaluado con respecto a ese tipo de regulaciones”.

 

En OKCupid se enfocó en qué estaban haciendo mal y qué es lo que debía mejorarse. Centró su atención en lo que más sufren este tipo de compañías: salir a bolsa con un negocio que genera pérdidas o que aún no es rentable, pero con la promesa de crecimiento. 

 

Lo más fácil fue mediante suscripciones, pero Tinder aún no salía a bolsa, por lo que ella cree que fueron un ejemplo de éxito en la monetización. “Teníamos que crecer. De hecho, logramos más de un millón de suscriptores al mes con muy poca inversión en adquisición de clientes”. Almendares lo atribuye a una buena labor de equipos, principalmente con el de mercadotecnia, para demostrar el balance de que pese a ser una app gratuita se podía dar el rendimiento económico.

 

“No fue extraordinariamente difícil, sino la culminación de algo divertido con un equipo. Fue una gran experiencia que llegó muy pronto y que me ha permitido crecer como líder más rápido de lo que hubiera podido esperar”,  dice la ejecutiva.

 

Jimena Almendares es una amante del análisis de datos que mejoró los productos de las apps de citas en línea, aunque hoy tiene una nueva tarea. Se mantiene en el sector tecnológico, ahora como vicepresidenta global de Expansión de Intuit, compañía que desarrolla software financiero. 

 

De esta empresa pública enlistada en Fortune 500, que factura 6,000 millones de dólares anuales y cuenta con más de 50 millones de clientes en el mundo, el reto es consolidar su presencia en México a través de su sistema Quickbooks, para impulsar la productividad de las pymes en el país.

EL VALOR ESTÁ EN LOS DATOS

Campeona nacional de patinaje y estudiante del ITAM, Almendares pretendía convertirse en diplomática; incluso estudió en el Institut d’Etudes Politiques de París, un paso mandatorio en el curriculum para cualquiera que busca convertirse en presidente de Francia. 

 

Su versatilidad en el aprendizaje la hizo recorrer 16 países cuando trabajó para una empresa de tecnología. Pero se sintió encasillada a la parte europea. Creía que si era del otro lado del Atlántico debía ser Silicon Valley. Aplicó a un MBA en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y durante su estancia logró ser una de las primeras nueve practicantes -la única mexicana- en ser contratada por Facebook cuando aún no era el gigante que es hoy.

 

Declinó la oportunidad de trabajar con Microsoft porque le resultaba interesante saber si la compañía de Mark Zuckerberg sería un gran proyecto. Era 2010 y una vez que ingresó a sus filas comprobó que le iría bien. Fue su primer paso hacia el análisis de datos. Un año después, al terminar el MBA, la economía remontaba tras la crisis y la innovación comenzaba a tomar protagonismo. 

 

Decidió entrar a Zynga como product manager porque se enamoró de los números y la empresa estaba cambiando el modelo de cómo se hacían los productos a través del análisis de datos.

 

“Medía cada clic por cada juego y por línea de juego teníamos como 10 variantes diferentes”, cuenta. Bajo su mando lanzó dos juegos, Mafia Wars 2 y Hidden Chronicles, que tuvieron 20 millones de usuarios.

 

“Era impresionante el número de gente que podíamos acumular y las decisiones que tomamos con base en los números”.

Al principio de su carrera, Almendares se dijo pertenecer a ese universo de personas que no cree ser buena con los números y la analítica. Pero ella optó por intentarlo y transmitirlo a su equipo; aprendió a influenciar sobre cómo la gente puede usar un producto y a la vez cómo romper barreras al optimizar canales y agilizar una cadena de suministro.

 

Para la ejecutiva, la clave está en saber combinar el análisis de datos y la empatía por las personas que usarán el producto o servicio que se desarrolla con base en la data. 

 

“Ahora tengo un balance de la parte analítica pero también la parte de cómo puedo responder a un problema del mercado, cuál es la vida del producto que van a usar las personas, cómo les tengo que hablar y luego la empresa, porque también son personas”

“Creo que los ejecutivos somos buenos y malos, y si logramos conjugar estas dos partes. podemos ser más personales y humanos en la operación y con el equipo”

INTUIT:
LA TAREA DE AGILIZAR E IMPACTAR

Tras su paso por Eventbrite, Facebook, Zynga, Meet Up y OKCupid, Jimena Almendares cambió la analítica de relaciones personales vía app, por las facturas electrónicas. Parece radical, pero ella cree que se necesita innovación en cualquier tipo de productos. 

 

En Intuit, como vicepresidenta de Expansión, su tarea es consolidar Quickbooks, un software de productividad e iniciativa financiera que ayuda a hacer los procesos de facturación más simples para las empresas con sus proveedores y clientes.

 

“El SAT te pide datos y nosotros pudimos bajar la cantidad de campos de 42 a 12 que realmente le interesan a la compañía”, presume sobre el sistema, adaptado a la normativa mexicana CFDI 3.3.

Para Almendares, el mercado mexicano es una mina de oro. El Índice de Complejidad Financiera 2018, elaborado por la firma contable TMF Group publica que México se ubicó dentro de las 10 jurisdicciones más complejas para las empresas en materia de cumplimiento fiscal y contable.

 

“Podemos verlo como algo muy malo, pero yo lo veo con muchísima oportunidad. Un cliente nos dice que ahorra de seis u ocho, hasta 10 horas a la semana. Es una jornada laboral”

 

La oportunidad, agrega, no solo está en el negocio sino en el impacto para mejorar la operación de las empresas. Hasta el momento el programa realiza 3.6 billones de transacciones al mes y emite más de 240 millones de facturas por año a nivel global.

LIDERAZGO CON UN TOQUE DE HIELO

Jimena Almendares presume con orgullo que hacía patinaje sobre hielo y fue tres veces campeona nacional. Incluso pensó en detener sus estudios de preparatoria para dedicarse a su pasión, pero un sobre entrenamiento la llevó a guardar los patines y enfocar su atención en otra cosa. 

 

Eso fue una beca que obtuvo por parte de la Unesco para estudiantes mexicanos.

 

“Me llevó a viajar a Europa por primera vez, porque me la había pasado siempre en la pista de hielo. Hasta que dije, wow, el mundo es más grande”.

 

En lugar de dejar la preparatoria, dejó el patinaje, comenzó a estudiar francés e inició el camino profesional que la llevó a la posición en donde está ahora “con muchísimas altas y bajas”, dice. La ejecutiva, cada que tiene un día difícil en la oficina, recuerda su desempeño en la pista. 

 

“Para que puedas tener un salto, te tienes que caer 50,000 veces. Es una dicotomía de que si haces cosas con riesgo, habrá fracasos, pero de todo se aprende y como en el patinaje, todos los días tienes caídas, pero te levantas y sigues adelante”. 

 

Almendares lo tiene claro: si no tienes fracasos grandes, es que no estás pensando lo suficientemente en grande. 

Por Jimena Tolama y Marisol Morelos
Diseño y programación: Cristian Laris