7 de marzo 2019 | 10:42 am

Facebook planea convertirse en una plataforma enfocada en la privacidad y centrada en la confidencialidad, afirma el CEO de la compañía, Mark Zuckerberg.

El cambio estratégico busca resolver los dos grandes problemas de Facebook: las críticas alrededor del manejo de datos confidenciales de los usuarios, así como un cambio de conducta de los internautas que prefieren cada vez más formatos de comunicación más íntimos que el tradicional hilo de noticias de la red social.

De acuerdo con Zuckerberg, Facebook debe convertirse en una red unificada más simple y centrada en los intercambios privados -en contraposición a la publicación de “posts” visibles para un gran número de personas- y en los formatos de “historias”, que se borran pasadas 24 horas.

“Cuando pienso en el futuro de internet, pienso que una plataforma de comunicaciones enfocada en la privacidad será mucho más importante que las plataformas abiertas actuales”, estimó.

El cambio sigue a los nuevos gustos de los usuarios de redes sociales. “Hoy en día ya vemos que los mensajes privados, las ‘historias’ efímeras y los pequeños grupos son de lejos los formatos de comunicación en línea que más rápido crecen”, escribió Zuckerberg en un texto de 3,000 palabras en su página de Facebook.

“Muchas personas prefieren la intimidad de la comunicación uno a uno o solo con unos amigos. Las personas son más cuidadosas de tener un registro permanente de lo que comparten. Y espera poder hacer cosas como pagos de manera privada y segura”, añadió.

Zuckerberg tiene la intención de unificar de manera técnica la red con sus otros servicios Messenger, Instagram y Whatsapp, cada una con más de mil millones de usuarios.

“En unos años, espero que las versiones futuras de Messenger y Whatsapp se conviertan en el medio principal por el que la gente se comunique en la red Facebook”, por lejos la primera red social del mundo, con 2,300 millones de usuarios activos, indicó el joven multimillonario.

Con esa integración sería posible intercambiar mensajes desde y hacia esas plataformas, que podrían adoptar el encriptamiento de datos, lo que actualmente solo ocurre en Whatsapp.

“En los próximos años, planeamos reconstruir nuestros servicios alrededor de esas ideas”, aseguró Zuckerberg, consciente de la erosión que ha sufrido la imagen de Facebook por los casos de manipulación de datos.

Parteaguas

Aunque “no tenemos actualmente una buena reputación de poder construir servicios que protejan la privacidad (…), podemos evolucionar para construir servicios que la gente realmente quiera”, aseguró.

El “gran cambio” aún “tomará algún tiempo”, añadió.

El viraje estratégico responde también a una voluntad de diversificación de la red social para hacer frente a un crecimiento que se frena.

Presionado tras un flujo casi ininterrumpido de polémicas desde hace más de dos años (informaciones falsas, mensajes de odio, manipulación de la plataforma para fines políticos, manejo de los datos personales y piratería, por mencionar algunos), Facebook asegura regularmente haber aprendido de sus errores y no deja de prometer mejoras para el futuro.

Alex Stamos, exjefe de seguridad de la red social que ahora está en la Universidad de Stanford, dijo que la iniciativa apunta hábilmente a algunos de los desafíos de la red social.

“Ahora FB recibe basura (de la misma gente) tanto por invadir la privacidad de la gente como por no vigilar suficientemente las comunicaciones”, escribió en Twitter.

“Este es el movimiento de judo: en un mundo donde todo está encriptado y no permanece demasiado, todo tipo de escándalos son invisibles para los medios”.

Zuckerberg dijo que es cada vez más importante “mantener la información disponible por periodos más cortos” porque “la gente quiere saber que lo que comparten no aparecerá luego para perjudicarlos”.

Como parte de ese enfoque, Zuckerberg asumió que Facebook ha evitado mantener centros de data “en países que tienen un historial de violaciones de derechos como la privacidad o la libertad de expresión” para evitar que gobiernos usen la información para arremeter contra disidentes, por ejemplo.

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